8/22/2003

CUIDADO LETRAS TRABAJANDO

eSTE RELATÍN QUE PRETENDERÁ SER CUENTO SE HARÁ CASI EXCLUSIVAMENTE DE FORMA "ABIERTA" EN EL BLOG
ASÍ QUE POR EL MOMENTO SE SUSPENDE EL POSTEO PARA PASAR A LA CORRECCIÓN Y ESCRITURA... LA COCINA DEL MISMÍSIMUS.

“si quieres cometer un par de errores nuevos, pregúntale a la banda local”

Quise responderle que apenas lo había tratado, pero no fue así. Pude ver desde muy cerca cómo fue ascendiendo y, también, fui parte de su dolorosa caída. Así que cuando Ale me preguntó por Theo, lo único que hice fue una mueca parecida a la risa y responder calmado que hacía tiempo de no verlo (no que hacían meses que no respondía mis llamadas, ni mails, incluso enviaba a su mamá a decirme que no estaba cuando lo buscaba en su casa).
Ale nunca supo bien a bien en qué había parado la vida de Theo. Lo conoció como un centenar de chicas más: tocando la guitarra mientras decenas de las más lindas estudiantes de danza y teatro coreaban sus canciones. Esa misma noche él la abordó, ella se dejó ir y vino la promesa “Vamos a jugar a que nos amamos, mucho, que somos novios… pero sólo hasta el próximo viernes”. A diferencia de lo que Ale pensó, no fue un asunto de no bajar de la cama, sino sexo rápido y ternura, cariño, amistad.
Entonces ella pasaba por una mala racha, cosa extraña, sí, pero a todos nos pasa en cierta medida, así que al tercer día dejó sus anticonceptivos en casa y decidió tener un tierno hijo de Theo. Imaginaba al líder de la banda más importante de Chacaltingo con sus rulos largos y dorados al sol cargando a su hijo, pero la historia fue tal y como él la sentención. Al sábado siguiente vino una nueva piel y “te amaré hasta el próximo viernes…”

“Vamos a jugar a que nos amamos, mucho, que somos novios… pero sólo hasta el próximo viernes”.

Así que Ale decidió callar y regresar a casa de sus padres, abandonando sus estudios en X. El niño murió antes de cumplir un mes y Ale decidió dejar por la paz todas las historias de X, hasta hoy que me invita al cumpleaños 5 de su nuevo hijo. El cual concibió de la misma manera, con un francés junkie que conoció un fin de semana.

– Así que Theo está bien, mi niño lindo, se veía hermoso cantando y brincando. ¿Te acuerdas cuando se aventó del escenario?
– Bueno, cuando se aventó dirás, porque dos años después siempre se caía del escenario, sí.

Preferí cambiar el tema al novio en turno de Ale. Me contó casi lo mismo que del anterior y de sus incontables sucesores. Pero en mi cabeza no dejó de estar en ningún momento la imagen de Theo.
Los poetas malitos del cajón (con g) se hacían llamar al principio, tres adolescentes haciendo balada punk al mejor estilo de eus influencias: hombres G y la polla records. Pero no dejaron ahí sus pasiones, luego vino entrar al conservaorio, perfeccionar su instrumento, permitir la entrada de un guitarrista y un bajista. Así, tres años más tarde, todo se simplificó a Cajón con G, la banda que estaba en todos los taquines, que le abrió a Jaguares, Fobio, Maná y hasta Kiss

No hay comentarios.: