5/04/2005

She


perdóname, no quise, no en realidad, pero tú sabías que de eso se trataba, que no podíamos crear demasiadas expectativas, en verdad no quepo de la vergüenza, pero alguien tendría que tomar la desición, como cuando sabes que las cosas van a ocurrir y no hay forma de cambiarlas, discúlpame si tomé demasiado en cuenta los signos del dios destino, quizá la galleta de la suerte fue demasiado honesta, quizá yo fui un cobarde y no quise ir a donde tú no tienes más opción que volver, pero ha partida ya tu avión y sólo que me queda de estas largas noches un sabor cálido en el vientre informe que no te cansaste de adorar, un papel pequeño que en extraños signos dice algo así como "pasarás una prueba difícil y serás más feliz" (proveniente de un dulce que traiste para un amigo que no hallaste, por cuya búsqueda llegaste a mis ojos y le permitiste a mis labios pronunciartunombre), mientras me sumergí en la inmensa posibilidad de no entender más que con el tacto y algunas palabras mal hiladas que salían de dos diccionarios: uno amarillo y otro rojo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas cosas pasan, y me pegunto ¿por que?... yo no se la respuesta, solo puedo decirte que la despedida quizas es un nuevo comienzo ... para Todo y para Todos.

Martín Corona Alarcón dijo...

La despedida es un comienzo y de ese comienzo habló Monelle (Marcel Schowb):
Cuando comiences una nueva casa, tira todo lo construido antes y construye sobre sus ruinas. Recuerda que no hay felicidad que dure, pues se convierte en desgracia. Al volver al punto de partida, recuerda que jamás el principio es el mismo, siempre es nuevo y procura dotarlo de los mayores atributos novedosos posibles, los espejismos están siempre dispuestos a tomarnos de la mano y a hacernos volver el camino.

Anónimo dijo...

droga, mucha dulce drooooooooooooooooooooooooooooga, BU!!!!!

Martín Corona Alarcón dijo...

Es la vida... todo son momentos nada más.
GRACIAS!