1/17/2006

Desayuno

Con toda la calma, pides la gordita (memela en correcto poblano) y la quesadilla para desayunar ese sábado al medio día.
La mayoría de la gente usa cubrebocas, ves a un viejo amigo oculto detrás de ese pedazo de tela azul, ves a tu amante, ves el mundo completo huyendo y tomándo la vida como si no quisiera tocarte; como si en realidad todo fuera huir y el cubrebocas fuera el síntoma principal, la máscara que identifica la caída.
Me han contado que se cubre la boca para evitar que entre el veneno, que salga el aliento divino.
El corazón no se saldrá de tu boca. Quizá sí salgan los pulmones, quizá no quede nada dentro de ti, nada más que nada, nada más que lo mismo que siempre ha habido: tú mismo.

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