10/18/2011

El teatro en el nuevo milenio

¿Una forma de expresión llamada arte, como lo fue el teatro, tiene cabida en el nuevo milenio? Siempre es lo mismo, siempre termino hablando mal o enfadándome con lo que amo e ignorando aquello que me tiene sin cuidado. Y sí, me parece que asistimos a la muerte del teatro.
Las salas de teatro se vaciaron, si acaso alguna vez estuvieron llenas. El teatro fue una manera de hacer que las sociedades tuvieran referentes, que la gente sintiera y pensara de determinadas maneras mediante las representaciones. Esto mucho antes de encerrar lo teatral, la representación dentro de una sala cuadrada y hacer que la gente viera un cuadro que semejaba o simulaba una realidad, mas no LA REALIDAD.
Actualmente, cuadros sobran, está la televisión, el cine, el internet, la computadora, opciones que parten del mismo precepto: mostrar a la gente lo bueno y lo malo, dotar a la población de referentes para su vida cotidiana.
En este contexto, el teatro del siglo XIX y XX, ¿tiene cabida? Mi respuesta es no, no necesitamos un cuadro frío, un autor de hace cientos de años, una traducción lejana y un montón de actores que repiten como loros de la forma como el director les ha dicho.
En México, en todo el país de más 120 millones de habitantes, dudo mucho que el 1% por lo menos una vez en su vida asistiera al teatro. No es un negocio. Sin embargo, las empresas lo apoyan, el Estado le da prebendas y no son más que algunas familias, un grupo de amigos los que hacen El Teatro (igual que en todas partes), sólo que ahora, en el mundo globalizado y organizado por la libre empresa, son los familiares de los empresarios quienes detentan La Alta Cultura, no por su preparación ni su propuesta, sino porque a ellos destinan el dinero de apoyos que bajan de las mismas empresas. Bequemos al sobrino, al primo, total que todo es la familia.
En este contexto las salas de teatro están, prácticamente, vacías. Es lamentable ver en los jóvenes autores y actores dos comportamientos eje:
a) el pop en su esplendor. Imitadores de Jackson, versiones de las películas de Disney o Tarantino, imitadores. Gente que mediante una copia barata de lo que ya está bien hecho por otros intenta validarse en su grupo social.
b) La Alta Cultura en Pleno. En nada diferentes a los anteriores, pero se llenan la boca de autores impronunciables, hablan de lo culto y se cierran a públicos de cientos quizá un par de miles, descontando de un golpe todo lo demás. El ego como eje, un ego absurdo que, desde el suelo, valida a los grandes jeques de la cultura, soñando, anhelando que alguna vez los ingleses o eslovacos o neuyorkinos volteen a darle alguna migaja al mexicano, al tercermundista.
Después de muchos años trabajando como comunicador para la cultura en Xalapa, me doy cuenta de lo duro, lo difícil que es ser "artista" es casi lo mismo que los primeros cristianos: un acto de fe. Anhelas con pasión una beca que es realidad una mísera gotita de lo que sobra, te mantienes pretencioso y feliz, de preferencia enganchado en alcohol, drogas, así tu cabeza está siempre pensando en lo difícil que es terminar un proceso creativo, en lugar de hacer las cosas. Y sí, lo lamento, muchos de los apoyos al arte y la cultura es su perdición al tiempo; porque las grandes ideas que cambian mundos, que generan formas diversas de realidad surgen de necesidades reales, surgen de posibles diversos y con una cuentita en el banco sólo te preocupas por tener un poco más en la cuentita y no piensas (creativamente) en cómo puedes hacer otras formas de cuenta o generar nuevas formas de obtener dinero a partir de tu quehacer.
Las salas de teatro se vacían, hacer teatro como enseñan en las escuelas sin el cajón es prácticamente imposible y sostener un teatro es carísimo,impensable para algo cuyo uso es meramente estético. Sí, sé que se habla de la importancia de las artes y la cultura en las sociedades, pero contra la televisión, el radio y la internet, ¿existe posibilidad de competencia desde esos mismos asideros de siglos pasados? Me parece que definitivamente no.
Las únicas "obras de teatro" que se llenan son aquellas donde aparece gente que sale en la tele, por ende la gente va a reafirmar lo que ve en la televisión, no a encontrarse con un hecho estético. A menudo me duele ver a los chicos actores, confundidos, ofuscados, buscando obras de teatro para montar, haciendo recorridos guiados, trabajando de botargas en fiestas infantiles, buscando crear la producción genial idéntica a las de la capital o las que ven en televisión. ¿Y la creatividad y el arte y el impulso del creador? No, nada de eso. Nuestras universidades de artes nos han enseñado la forma correcta de hacer las cosas y en esa forma no caben modificaciones, es decir puedes cambiar algunas cosas pero debes moverte en la estructura o irte.
Así, asistimos a una de las tantas muertes del teatro, se morirá esta manera de hacerlo, quedará como pieza de museo, como la ópera misma, un maravilloso ejemplo poco funcional del glorioso pasado. Sin embargo, quién, quiénes están trabajando en las nuevas formas teatrales, en la escena que llenará las calles, los sueños de los habitantes de este mundo nuevo, inusitado, rápido y cambiante.

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