7/09/2012

nostalgias revividas

Horas y horas escuchando los mismos discos de acetato. Grupos de rock mexicano, cuando las bandas que lo hacían eran chilangos desesperados por comunicarse, bandas pequeñísimas que gustaban a un sector, quizá a una colonia o un grupo limitado de personas que los seguían.
Impensable e imposible que aparecieran en la televisión, quizá sonaran algunos de pronto en alguna radio cultural de baja frecuencia, pero nada yo era un tipo extraño, como lo sigo siendo, en una pequeña ciudad de provincia que escuchaba cosas raras.
Nunca me interesó el rock en inglés, tampoco el pop meloso de la radio, ni las baladas melcochonas: "Si aparece en la radio, no me interesa, no lo compro ni lo escucho". Así, desde los doce años me escapaba de la secundaria para ir a buscar "algo" en las tiendas de discos o a Tavo´s Rock, la única tienda de rock que había en la ciudad. Ahí llegaba Pentagrama, Gas y un montón de grupos y discos extrañísimos. Ahí comenzaba el juego y la expectación, de pronto algo de metal, algo de rock urbano, algo de ska, algo de... cuatro o cinco años escuchando esas canciones, letras chistosas y divertidas.
Así llegué a la preparatoria y comencé a escuchar otras cosas, me enamoré y llegué al extremo de escuchar con gusto a José Luis Perales y qué decir de ese maravilloso coro de voces melcochonas españolas Trigo Limpio. Y todo en un tornamesas y todo en acetato, de vez en cuando en cassette.
Cuando cumplí 15 años lo que quise como regalo fue un stereo, no la grabadora enorme de doble cassetera, no. Un estéreo, una caja negra con botones y su tornamesa por arriba.
Veinte años más tarde me encuentro un tornamesa que se carga por usb, que se conecta a la computadora y que hacer que la computadora grabe en mp3 los audios del disco. Qué diablos es esto.
Si bien considero que el 99% de la música que se hizo en acetato ya está pasada a nuevos formatos hay muchas cosas que a nadie parecen interesar. Cosas que hizo gente sencillamente por el gusto y que ahí está, aquí está.
Los discos de acetato son tan nuevos como se desee y el zumbido que los acompasa nos regala otros tiempos. Me pregunto si antes la vida se vivía con zumbidos y estática, como era la tele y la radio. Me pregunto si la alta fidelidad, el 3D y demás aportes a la percepción hacen que la vida sea más ¿colorida? ¿verdadera? o simplemente menos natural y más artificial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que interesante Mart'in, de la m'usica xalapeña me haces recordar a los amorfos, a quienes conoc'i apenas hace unos años, me vienen a la mente mis horas en tavo's buscando m'usica, tratando de encontrar ese algo, esa canci'on, recuerdo mis pl'aticas con la esposa de Tavo, muy linda siempre; mis caminatas en la ciudad, los viejos edificios, pulseras de hilo del callej'on. Los discos de acetato si pude verlos,pero nunca pude reproducir uno pues no ten'ia donde, nac'i unos años mas tarde, en la 'epoca del casette y a partir de ah'i empieza todo, desde grabaciones de mi misma haciendo m'usica (mismisidad jaja), hasta desgrabar el casette y ocuparlo para grabar canciones de alg'un otro que me fuera prestado. Me haces recordar muchas cosas con tu relato, much'isimas, me transporto a la ex casa de artesan'ias, ahora casa del lago, a la vieja tienda de antig"uedades donde me encantaba curiosear; hay tantas cosas... Recibe un saludo :)