6/19/2010

Otatitlan

A las 9 y media llegamos, luego de algunos líos en el camino. En la iglesia en sábado en la mañana la gente hace oración frente al cristo negro. No puedo evitar recordar al señor de los milagros, Buga y el calor y la fe.
Reitero mis votos para seguir en este andar... Y sonrío, sonrío.
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Lupe

No es tan común hallarse frente a frente con un espejo...
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6/11/2010

De otro mundo


El señor José Guerra
Un ser de Otro Mundo atendía la cantina donde llegamos a tomar una cerveza en el infierno cálido que puede ser Zacatecas. Estaba sentado detrás de la barra, esperando que llegara su asistente para abrirla, pero no llegaba y amablemente nos ofreció las cervezas y, luego de un rato de charlas, un poco de mezcal con yerbas amargas.
Don José nos contó de su vida en las minas, de sus negocios, de sus hijos, sus nietos de sus bisnietos y de la hermsa chica adolescente que quiere hacerlo tatarabuelo. Pero él se niega.
Su cantina tiene alrededor de cien años y sólo dos dueños, una hermosa barra, espejo, una caja registradora de la época. No se si existieron los vaqueros, no lo sé, pero seguro fueron inspirados e inspiraron cantinas como ésta.
Don José dormía cuando nos fuimos a despedir, sus nietos venden bebidas preparadas afuera de la cantina durante el festival cultural.
Otros Mundos son los de Don José, otro Zacatecas y otra realidad que no volverá... en el camino es como un tesoro hallar la otredad personalizada de este modo.

6/08/2010

Mounstruos Familiares


La familia de monstruos no recuerda cuando tomó el control del mundo.
Lo primero que hicieron fue parecer personas.
"Hagamos de la gente monstruos nuevos, seres maravillosamente monstruosos", dicen cada determinado tiempo.
A las personas Dios (Monstruo de otros tiempos) los volvió cristianos,
a los cristianos, los hijos del Dios Monstruo, los convirtió en ciudadanos,
A los ciudadanos, Dios Tele Monstruo los convirtió en consumidores.
La familia de Monstruos a lo largo de los tiempos va cambiando de apellidos, de rostros, de ropa, pero -en el fondo- en sus casas y su vida cotidiana son lo mismo desde aquellos lejanos tiempos en que los humanos fueron sometidos.

6/06/2010

Trío San Vicente de Juchitán

Cantar de la mañana a la noche
cantar del alba al ocaso
cantar de la infancia a la muerte.



Canta y sueña
que el mundo es un pañuelo
que la tradición viaja
con sus portadores como semillas al viento



canta desde el fondo de ti
todas las veces del día
hasta que la música te lleve




Canta para que abra la caja
de resortes llena
de sólida calma entre sueños.

No importa que de tres sólo se vean dos
canta para que tenga sentido la vida
canta para que sirva de algo la ausencia
canta para que no muera la música
no hay árbol sin raíz, sin semilla, sin canto.

Juchitán es color, sabor y fiesta. Muxe más allá de sus historias y mitos, calor y ritmos se van juntando para que la vida sea una fiesta calma y amable. Pudimos beber cerverzas y tomar mezcal, escuchar al Trío San Vicente antes de la última Vela de este año.
Gracias a Roselia "Chaca" Orozco y a toda la gente hermosa que hace de ese mundo diverso que es Juchitán un mundo digno de vivirse y ser compartido.

5/15/2010

fe en la fe


Mucho más allá de las cifras,
de los discursos,
de las becas y los apoyos,
de los premios y galardones,
de los amigos y los círculos de gente "preocupada",
más allá incluso del benefecio económico,
se comparten historias.
Historias en su presentación libro, historias en su presentación me contaron y te cuento.
Lejos, lejísimos para una oficina de gobierno o de una empresa socialmente responsable.
Y cansado de andar tomo otros caminos para hacer nuevos viajes, otros vuelos.
¿Por qué?
Aún no lo entiendo, no sé por qué hacer divulgación de la lectura, porqué fomentar la lectura, no lo entiendo del todo.
Y lo que entiendo si lo digo sería tildado de imbécil (más aún).
Es un orgullo enorme hacer lo que amo hacer.
Es un gran placer tener fe en la fe.

5/06/2010

Harto de "noticias" que sólo desvían mi atención de.... ¿de qué? De qué olvidamos que deberíamos estar atentos. Leyes, poder, redes sociales pequeñas o gigantes, creo que de tanta "información" olvidé hace tiempo lo más importante, desde niño lo olvidé, desde niño olvidé ser niño, humano y, ahora, ciudadano consumidor ejerzo mi derecho a_______, tambièn lo olvidé.Hace 11 minutos Borrar

4/12/2010

Juego absurdo


Cuando la mujer que amé leyó mis viejos cuentos se deprimió. "No fueron tus cuentos, son mis cosas; no paré de llorar toda la tarde".
Ahora quiero escribirle cuentos alegres, cuentos para que no llore más. Aunque ya no la amo, no me gusta que se sienta triste.
Como tampoco me gusta que la abuela se eche a llorar recordando a los que ya no están.
Ni me siento bien cuando Nicolás pasa las tres primeras horas del sábado entre el llanto por dejar a su mamá y su emoción por las locuras que haremos juntos el fin de semana.
Debo confesarte (a ti, quien lee) que durante mucho tiempo sólo escribí con tinta negra, sobre fondo blancos, pautados con rayas azules. Llenaba los espacios con quejas y dolores, con achaques, con mi bilis y mis resacas.
Ahora no, ahora quiero (a tú, que pones aquí tus ojos) morderte el dedo chiquito del pie para que -de la risa- sueltes una patada que yo apenas logre esquivar, pero finja un dolor tremendo y te rías de lo imbécil de este juego.
Entonces, con un poquito de cariño, te diré:
"todo el mundo es como este juego bobo, parece que pelean, que luchan, que hacen cosas importantes, fingen dolor y placer, fingen que están bien o mal, que ganan o pierden. Pero al final, solo es un juego absurdo".
En serio.

4/04/2010

Villa Rica


¿Cuántas veces morí ahogado al perseguir de madrugada a una sirena?
En las playas de Villa Rica están mis almas cristalizadas en sal.
Si buceas alrededor de la roqueta podrás mirarlas como estatuas del pasado.
Las muertes de un pirata que de listo quiso pasar,
pasado por agua el deseo y su amor,
su amor al canto marino
su amor al cálido ambarino de unos pies,
que nunca tocan el bar
pese a bailar en él
sin fin
sin ti.

Foto: Calletano Domínguez
Cortesía de Selene Marluns

3/23/2010

lotro


Todos queremos saber qué pasará mañana, todos queremos controlar y conocer el futuro; porque creemos que algo se puede hacer a nuestro favor si tenemos conocimiento.
Y en ciertos sitios es así: redes y grupos cerrados que apoyan, ayudan, dictaminan y encargan, cambiando senderos por dinero. Todo mundo busca algo en qué creer: sea el amor, el poder, el dinero o Dios. Todos buscamos eso y creemos que con lo que tenemos (dinero) podemos influir en aquello.
Yo no tengo dinero y el que tengo sólo me sirve para jugar el juego de la realidad (pagar mis deudas).
No quiero dinero (sólo el necesario para no salir pronto del monópoli)
Tampoco quiero creer ni en la literatura ni en su institución, ni tampoco en la televisión o el arte, todos son imaginarios que apaciguan y calma lo Otro.
¡Carajo! Pero eso Otro, tan extraño, tan inascible e irascible...
recuerdo que tenía algo, que eso Otro existe, estaba, pero... no recuerdó dónde lo puse.
Si tú o tú o tú saben de eso Otro, por favor comuníquense conmigo para tomar un café de mañana en la azotea de mi casa. Seguro que no hablaremos de lOtro, pero quizá me calme un poco.

La cita de Deuteronomio habla de los agoreros y adivinos. Prohibiendo al creyente confiar en aquellos, porque obviamente ellos no están en el plan de El Señor tu Dios (¿MI Dios?). Y claro, Tu Dios no confía en los adivinos porque no es su patrón, ellos sirven a otro patrón o por lo menos a quienes puedan pagarlos.
La foto fue tomada en Xalapa y yo recordé a la hermosa Gitana que me adivinó la mano, que me prometió a cambio de dinero el nombre de una persona que me estaba haciendo mal, que me pidió le comprara unos cigarrillos y me dejó con la incógnita del nombre, con la autoestima de macho dañada al dudar de mi virilidad y unos cuantos pesos menos.
Las Gitanas en Xalapa se ubican en sitios estratégicos donde si eres de acá tarde o temprano pasarás, buscan tu mirada y en ella adivinan temor, inseguridad, desvelo, tristeza, excesos o calma. No es difícil leer miradas cuando has visto dolor y hambre, tristesa y desarraigo.
Entonces te abordan y conocen (por tus gestos y comentarios) lo que te pasa, conocen (dicen unos) lo que necesitan conocer y ubicarte y venderte sortilegios y vender tus confesados secretos; todos pagan, todos ganan. Así ha sido y así seguirá siendo, en estos secretos milenarios, en estas formas que tienen los Dioses para cuidar de su pueblo.

3/22/2010

las piedras

me contaron que las piedras en otro tiempo atrapaban las historias, los saberes, las costumbres y a los seres


Pero hoy nadie las entiende



Sólo sabemos leer de cuadritos: los cubos donde nos atrapamos todos los días


las burbujas que creemos que son las palabras



en esta cueva están encerrados demasiados SabERES
y sensaciones que


por ahora apenas voy intuyendo.

3/21/2010

León en Cuautinchan





Un león donde nunca hubo leones.
El dibujo de un león en un convento franciscano en Cuautinchan.
En Cuautinchan, tierra de aguilas, nunca hubo leones, ni Dios cristiano algunos.
Algunos cuantos vinieron a hacer su oficio genocida,
pero no como el león,
el león come lo que mata,
el genocida come todo lo que tuvieron a quienes mató,
heredando a sus hijos y sus nietos y su linaje dos cosas:
dinero-poder
muerte-dolor-pesar.
La gente que vivió en  mi tierra antes del genocidio es tan amable que, nosotros, sus descendientes seguimos sus pasos hacia la muerte digna. Sin la ambición absurda de la nada.
Se habla que en la época de la colonia si cada persona hubiera lanzado una piedra hubiesen sepultado a los genocidas, mínimos en número, máximos en ambición y muerte.
Pese a que somos hijos mestizos de los originales y los genocidas, del invasor y la tierra, seguimos igual, si ahora todos tomásemos una piedra, sólo una, no habría enemigo posible.
No somos genocidas,
no sentimos hambre de muerte ni poder.
Y es duro ver cómo según sus palabras nos pisotean, nos humillan,
y según nuestros saberes sólo somos consecuentes.
Sin leones, imaginamos...
Imaginamos a los leones para dibujarlos,
imaginamos el mundo que nos propusieron,
imaginamos que tiene razón el mundo que nos venden,
imaginamos que somos lo que no somos
imaginemos ahora que lo que realmente somos
en breve
tendrá voz
cuerpo
y dejaremos de imaginar.

3/14/2010

Con el Maestro Blue Panter


Sin máscara, el hombre parece cualquier cosa menos un luchador. Podría ser mi padre, o tu abuelo. Quizá sea tu padre o mi abuelo...
Blue Panter encarna muchas cosas de lo que es mi país, creemos en Panter porque es él. No es un luchador tan inflado en la fama que necesite ser suplantado, pero es más famoso a lo largo de los años que cualquier estrella absurda.
Blue Panter, el maestro lagunero, es sin duda el Gran Luchador Méxicano, respetuoso y honesto en su quehacer, humilde y conocedor profundo de su compromiso, el que lleva en la médula: la lucha libre mexicana.
Sin blofeos ni demasiados aspavientos, lucha con el alma, porque Blue Panter es mucho más que una máscara, mucho más que su nombre en el cartel, Panter es un alma de la lucha libre mexicana.
PD: Nada me haría más féliz que poder escribir su biografía, así que si alguien conoce al maestro, por favor deme su contacto. Y si alguien le gustaría ser mecenas de este proyecto, pues mucho mejor.


3/06/2010

En la base de la cruz

En la base de la cruz, sibujado en el ex convento de Cuautinchan, llora la calavera...

2/21/2010

Texturas México 2010


Caminamos, caminamos y hablamos.
No tiramos palabras por tirar, hablamos.
Escuchamos para hacernos escuchar.
Sentimos lo que decimos
y sentimos al decirlo.
No mentimos
(suficientes mentiras hay por todos lados)
Amamos lo que decimos,
amamos decirlo,
amamos a cada uno de quienes nos escuchan,
nos movemos sólo para seguir moviéndonos.
Sí, sé que muchos no nos creen.
La mayoría no concibe esto:
hacer por hacer,
ganar la fortuna de seguir haciendo.
Lejos de vacaciones y tiempos libres
lejos de oficinas y estabilidades
cerca del otro en su dimensión de uníco.
Y al final: lo mismo.
Humanos creyendo en algo absurdo.
Absurdas enormes estructuras en las sociedades,
absurdas pequeñas estructuras en los cuentos que se escriben y se cuentan.
Caminando y Tejiendo texturas.

1/30/2010

nostalgia re poética


Las mañanas grises tienen un encanto especial.
Entre la luz blanquecina y espesa,
entre la bruma tibia que detienen los árboles con sus dedos,
hay una telaraña que de tan tupida hace un espejo
que parece reflejar el pasado y el paso de pausando latir.
Suena a lo mismo cada paso,
suena a lo mismo cada ciclo
y sueña lo mismo cada mañana,
sin avance ni detrás.
La bruma que me envuelve es el capullo que ha generado la enorme araña con sus hilitos de luz gris.
Despierto
Creo estar mirando, creo y tengo fe en esto que no es más que el reflejo del espejo que hicieron para mostrarnos atisbos de lo que no podemos ver.
Creo que estas mañanas de bruma son eso nada más
y no una depresión en el sistema climático, ejercida por millones de cosas que existen y no veo, y las siento (pero mejor no, pásame esa bebida).
Sonrío y soy positivo
Sé que existo en el mundo porque tengo una televisión y me comporto como ahí dicen que uno debe hacerlo.
Existo porque la gente en la calle me rechaza o me envidia, porque ellos NO son yo, son los otros que sólo quieren lo que yo tengo y ellos no pueden tener (mi carro, mi casa, mi esposa, mi computadora, mis hijos, je je je)
existo porque tengo en el bolsillo papeles y pedazos de metal, pedazos de plástico con inserciones en metales diversos, a los que atribuyeron poder y yo lo creo y lo ejerzo
existo porque me reproduzco para validar mi ego, para preservar mis conflictos y necedades
existo porque creo en las cajas:
las cajas donde encerraron la palabra,
donde encerraron el saber,
donde encierran las imagenes y la voz,
las cajas animadas o no, de tinta o de luz,
creo en las cajas porque ellas me dicen que existo
(aunque yo no exista para ellas).
Existo.
Soy yo.
En esta mañana gris
llena de bruma "natural",
como natural es lo que somos (no animales, humanos naturales, jamás animales)
camino porque soy, (camino a mi coche)
sonrío (con la dentadura que me ha costado varios miles de dólares)
y respiro este aire natural, libre de toxinas (porque ya lo han purificado por medios biomagnéticos)
Y camino porque soy como soy
Me canto y me celebro
me conecto y me linkeo.

1/11/2010

mi casa


A veces dejo abierta la ventana
para que entre la realidad y el frío,
pero se cuelan las polillas con sus alitas cafés y sus ojos negros negros.

Entonces me enojo, porque ellas se alimentan de mis querencias.
Y aunque no me gusta matarlas son ellas o mis libros,
y es que mi casa está llena de mundos posibles en su presentación "cajita de papel y tinta".

Y mi casa se llena a veces de fantasmas, de historias, de mundos en voces y calideces, en abrazos y canciones.

Mi cacofónica casa me gusta mucho,
"cuando no ando afuera estoy acá", se reían mucho cuando me escuchaban decirlo, porque no entendían eso, que en verdad estoy acá cuando no ando afuera.

1/09/2010

De cómo los cuentos del otro atañen al sí mismo

Sería de 95 a 99, no antes ni después. Yo entonces era reportero cultural y cumplía cabalmente mi rol de joven promesa literaria en una pequeña ciudad de provincia. El cuadro era el esperado: pelo largo, botas mineras, un gran esmero en el descuido del vestir y del aseo personal. Mucha bohemia, mucha lectura, mucha escritura como palos de ciego y celebrando siempre mi fe en las letras, en el cómo se aferraban los escritores a ellas. Pagaba la cuota de mi delirio con soledad, haciéndome imposible el cariño de los otros.
Además, no puede haber bohemio sin alcohol y en nuestra relación había dos estados: borracho o con resaca. En cada uno de esos dos había dos opciones: bebiendo solo y leyendo-escribiendo o bebiendo con los amigos mientras hablaba de lo que escribía y leía cuando ellos no estaban. Y en el estado crudo, andar resacoso rencoroso y molestoso o quedarme como estúpido frente al televisor mirando hasta 6 películas de todo tipo en un mismo día.

Recuerdo por entonces dos cosas que ilustran aquel tiempo, mi afición a los versos de mi amigo Mario Torres:
"Dura, cruel, imposible,
nunca serás mía".
Y el principio de la sensación del erizo. Cada vez que alguien se acercaba a quererme, algo hacía que brotaran pinchos, puntas afiladas y su caricia se convertía entonces en su dolor y alejamiento.
Todo iba maravillosamente, hasta que ocurrió.
Una tarde en la biblioteca de teatro de Paco Beverido llegó ella. Era hermosa, alta, esbelta, usaba medias y mini falda. Unos tacones breves la hacían ver más alta de lo que ya era. Se sentó junto mío y comenzó una charla crucial en lo que serían los siguientes diez años de nuestras vidas.
- ¿Ya viste la nueva obra de teatro de la compañía titular? Preguntó ella jugando a hacerse la interesante.
- No, pero me dijeron que aparece una mujer en pelotas, si es así debe ser buena porque los desnudos hacen que la obra sea artística y, por ende, muy buena. Respondí tratando de hacerme el chistoso.
- Pues no sale una mujer en pelotas, sino dos...
- ¡Ahh pues más interesante aún! Seguro que es una gran obra de arte
- Sí, otra chica y yo...
Un breve silencio incómodo precedió a su risa, su risa enorme que todo llenaba, la risa por la cual durante muchos años le dije: "tu vocación de felicidad es tan grande que temes asumirla". Y luego, la charla clásica de aquella pequeña ciudad en la montaña, si conoces a tal o cual, si eres amigo de aquel o enemigo de aquella. Y comenzó jugando lo que serían salidas y risas, juegos bobos y deliciosos delirios y complicidades.
Un año, quizá dos después de aquel episodio. Caminando por el callejón donde estaba la biblioteca entramos a una librería que recién había abierto un buen amigo. Yo busqué autores, hablé con mi amigo de libros, editoriales y entonces ella me puso en la mano un pequeño libro con pasta dura, naranja llamado El amor de Policarpo. No leía entonces literatura infantil, me parecía un asunto menor, despreciable.
Faltaban muchos años para que al tomar libros como Ma y Pa Drácula o Memorias de un gato asesino comenzara a cambiar de opinión. Sin embargo, ocurrió algo, un quiebre que no por breve fue sustancioso y simbólico. Aquel libro naranja tenía una historia que hablaba de… murciélagos, de un murciélago que ante el amor y la imposibilidad que él fabricaba se convertía en un estudioso, en un gran lector, sumido al mundo de las letras fuera del mundo donde su amor podía haber llegado a… era como yo.
Ella con su enorme sonrisa me lo dio porque, bueno eso no quiero contarlo, pero sé y ella sabe por qué me lo dio. Ni me detuve en el autor, no demasiado en la editorial, lo consideré caro, carísimo en aquel momento, era apenas una historia breve, un “cuentito” y no una novela y el costo –en mis apreciaciones de aquel momento- no correspondía.

Me quedé con la idea de comprarlo en otro momento, con la idea de quienes estamos acostumbrados a saber que los libros tuyos vuelven, que ciertos libros llegan a tus manos para incorporarse a tu vida. Y eso pasó y pasaron también muchas cosas, me casé con aquella mujer, vivimos muchos años juntos, viajamos, parrandeamos, fuimos enormemente felices y terriblemente desgraciados; nos amamos pues como lo que éramos: dos jóvenes llenos de necesidades.
Y la vida nos llevó lejos de la ciudad de montaña, hasta el desierto y como todo desierto nos enseñó y nos mandó al mundo pero decidimos quedarnos en otra ciudad, más grande, donde yo terminé por dejar a un lado el periodismo y me decidí a trabajar en una librería. Era una jaula de oro, un paraíso, diez salas de exhibición decenas de miles de libros, la posibilidad de tener al alcance todos los libros que quisiera, que pidiera, qué emoción aquella.
Y desde que conocí el lugar, un enorme edificio colonial restaurado, me encantó la sala de infantil: un espacio enorme y lleno de luz, donde los chicos podría leer y botarse y divertirse y yo quise contar cuentos. Ya lo había hecho en una feria del libro y en el desierto hubo que comer y los cuentos fueron opción, pero al ver aquello decidí que yo quería hacerlo, compartir lecturas con los chicos.

La respuesta del dueño fue NO, no y no. Ya tenía contemplado a un Narrador Oral Argentino para eso. Pero seguí intentando, quería hacerlo. Ahora que reflexiono un poco no sé por qué insistí tanto, tanto que terminó diciéndome:
- Está bien sólo dos fines de semana, para probar.
Lo que no terminó de decir era “para probar que no funcionará.” Pero contrario a lo que él esperaba fue una experiencia muy agradable para sus hijos y sus sobrinos, que fueron los primeros asistentes a Matarile al Cuento los sábados pasado el medio día en la sección infantil de la librería.
Y de ahí en adelante dos años sin faltar un solo sábado. Y sí, los primeros cuentos fueron los que tenía preparados, pero apareció de pronto en mis manos nuevamente el librito naranja aquel: El Amor de Policarpo. Y lo comencé a contar y luego más libros de esa colección. De hecho, guardo algunas grabaciones de aquellos días donde está precisamente ese cuento y La Vaca que se Creía Mariposa de Emilio Ángel Lomé y El Pirata Malapata de Alonso Nuñez y en desde aquel momento comencé a pronunciar al inicio del cuento de Policarpo “de Alberto Forcada”.
Y vino luego dejar la librería, comenzar a vivir por mi cuenta contando historias y llevando alegría a la gente. Sí, alegría, aunque los cuentos no digan cosas que hacen reír dan alegría.
Pero además de la librería terminó otra cosa. Acabó la relación con la mujer de sonrisa grande. ¿Por qué? Pues porque todo acaba y a veces re comienza, pero a veces no. Yo aproveché para dejar el empleo y hacer lo que más amo: compartir literatura, contar historias, comunicarme con la gente y decir cosas de uno u otro modo.
Fue una racha dura, no había mucho dinero y había muchas cosas por arreglar, demasiados puntos que reacomodar; pero bueno, se hace y se camina.
Seis años después de cuando comencé a contar en voz alta apareció en mis manos otro libro del mismo autor: Alberto Forcada. Prácticamente me lo puso en las manos Alejandro Espíndola, el encargado de ventas de CIDCLI, ”La imaginación al poder”. Fue en la Feria Internacional de la Lectura de 2009, en febrero cuando estaban aquí Inés Bombara y todos los amigos de Argentina armando el Encuentro Texturas de Cuenta Cuentos.

Inés fue quien lo tomó primero y con la cara llena de alegría me dijo que dos o tres relatos le habían fascinado, con sus cositas en los finales, pero que eran buenísimos. Es extraño, para Inés y para mí es extraño, difícil, duro en verdad encontrar cuentos que nos muevan, que nos hagan emocionar. Sí, hay muchas cosas muy buenas, buenísimas pero no cualquier cosa se deja contar y además nos permite entrar en ellas, es decir, pocos relatos y poquísimos autores son generosos y te permiten entrar a ser parte del cuento. Y ese libro lo permitía.
Luego, mi hermano se puso a contar uno de los cuentos de ese libro y yo quedé prendado de “La nube de Ramiro”. Lo leía y re leía, me encantaba porque justamente contaba lo que yo había vivido. Claro, yo no me llamo Ramiro, ni tampoco era una nube la mujer de la risa hermosa, ni llovió una madrugada, pero a la vez sí.
Estaba en Argentina, en la parte del Encuentro Texturas que se realiza allá y de pronto surgió la posibilidad de contar algo “más para adultos”. Sí, había contado un par de veces Ramiro y la Nube, pero no era sencillo, me dolía, me costaba, como lo fue en su momento narrar el amor de Policarpo. Sin embargo, en Buenos Aires pude hacerlo, era lindo soltarlo así en primera persona, Ramiro atendía una papelería y en el sur se le llama papelerías a las librerías y…

Recuerdo cuando terminé de contarlo en Musac, el bar donde narra Inés mensualmente, se acercó Selva y me abrazó. Pude sentir el consuelo que ella buscaba darme y noté cómo yo buscaba ese consuelo sin saberlo. Luego ella me habló de abrirme, de permitir el amor, de… ¿Qué estaba pasando? ¿Qué decía mi cuerpo y mi ser al contar el cuento de Ramiro que escribió Alberto?
Selva es la esposa de Miguel, son dos seres hermosos y muy unidos. Tienen dos hijos y dos nietas. Gente de familia, católicos creyentes y amabilísimos. Para ella yo necesitaba esa vida, esa forma de realizarme. Y, para mí, ¿cuál es esa forma?
Igual que Ramiro amé a una nube, como el sauce me desprendí de las raíces y celé como el chico de Juanita y no dejo de ser el mismo Policarpo que aprendió el lenguaje de los mosquitos y sigo tratando de averiguar cuándo será el próximo eclipse.
Ahora cuento historias por muchos lugares, algunos llenos de alegrías y otros no tanto, en ocasiones me pregunto, ¿cómo compartir alegría con quienes no tienen motivo para eso? Pero comienzo, simplemente lo hago, comparto lo que me gusta y una de las cosas que me gusta compartir son los cuentos de Alberto Forcada, que por cierto recién los mandé a un par de amigos en Argentina, a Margarita El pequeño cuento de horror con el que quizá haga una versión para los títeres de Los Simperos y a Oskar el amor de Policarpo y a Inés las estatuas. Y además quiero hacer un espectáculo con sus cuentos y quizá hacer alguna canción con Adi vino y se fue o con los Columpios que dan para eso... veremos qué viene, qué sale, que seguro saldrá lindo, lindo, como los cuentos de Alberto.


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El Amor de POlicarpo contado por Martín Corona
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1/04/2010

en mitad de la sierra




Luego de la primera función, en una bodega, ante unos 150 niños desde preescolar hasta secundaria comimos.
El trayecto había sido duro, llegar a la ciudad, luego subir a una comunidad cercana en la Sierra y después emprenderla en la caminoneta de la asociación rumbo a donde sería la primera función. Subimos, subimos más. Poco a poco pueblos y más pueblos fueron quedando detrás. Parecíamos subir la única cuesta del abismo, pero no; ya que cuando la neblina lo iba permitiendo se dejaban ver otros pueblos a la misma altura, pero en otra colina. Parecía que de un salto, o sólo con la mano pudieramos llegar hasta allá; pero era una ilusión absurda porque abismos enteros nos dividían, enormes y profundos abismos.
La función fue difícil al principio, los cuentos pasaban y lo chicos no se enganchaban, miraban atentos pero parecían no divertirse. El detonante fue trabajar directamente con tres de ellos y cuando comencé a jugar malabares todo cambió. Los juegos con interacción despertaron no sólo el interés sino prácticamnete todo. La función concluyó alegre con mujeres y hombres y más chicos venidos dequién sabe dónde.



Íbamos rumbo a la camioneta, a guardar las cosas cuando las mismas señoras volvieron con canastas, con cubetas, todas cubiertas con servilletas bordadas casi todas de tela estamapda en cuadritos. "Agarre usté un taco" y una y otra y una señora más llenaban nuestras manos con tacos de frijol, de papa, tacos dorados y salsas muy picantes. De pronto alguna gordita de chile, luego un atole llegó a mis manos y sonrisas, muchas sonrisas.
Los hombres de la comunidad se acercaron con recelo y curiosidad. Su recelo me produjo temor, porque no conocía las maneras de esas comunidades, olvidadas durante muchos años por el país, por los proyectos y los recursos federales. Convertidas ahora en bandera de un sinfín de asociaciones y fundaciones nacionales e internacionales que les llevan y les traen toda clase de cosas que, generalmente, no necesitan. En cambio, lo que sí necesitan, lo que requieren simplemente no llega a la gente, pese a los presupuestos millonarios que se han empleado por quitarle a esas comunidades el título de "las más pobres del país".



La charla comenzó por sus dudas de si me pagaban por hacer esto, y "sí, claro". Se esmeraban ellos por hacer las preguntas correctas y a mis respuestas comentaban en su idioma y sonreían. En aquella zona, la mayor parte de la gente es bilingüe o hablante del náhuatl, ya que desde la época de la conquista esas comunidades se quedaron en la sierra, viviendo alejadas de todo el proceso. En la actualidad están ya integrados a la religión y las costumbres de México, pero a la vez no.
Aquellos hombres entonces se detuvieron en lo que más había llamado su atención.
- ¿Eso que hace con los palos es magia?
- No, no, es práctica miren. Les mostré algunos trucos sencillos, juego lento para que pudieran mirar el proceso. Luego les presté las clavas para que sintieran el peso. Y entonces intentaron darle una vuelta a una clava mientras seguían haciéndose burla en náhuatl y sonriendo.
- No, pues está difícil, porque es magia, ¿no?
- No, no, no es magia. Respondí tratando de ser amable, pero intrigado por su insistencia.
Terminamos de comer, la camioneta partiría de inmediato, me despedí amable y vi en la sonrisa de aquellos hombres que, efectivamente, yo estaba haciendo "magia".
Pero, ¿entonces qué es magia? ¿Qué es magia para mí y qué es mágia para ellos? Efectiva y efectistamente yo hago trucos, y quizá el truco, algo que es extraordinario con base a esfuerzo y "truco" sea magia; no aquello que es meramente sobrenatural. Curioso asunto aquel de subir a la sierra.
A la vuelta, en la segunda función una maestra me dijo que los Reyes Magos no llegan allá, que si yo podría ayudarles y, lamentablemene, no podré en esta ocasión, pero se me queda la espinita.
Volvimos, dos funciones y más de 300 chicos, refrescos y paletas de caramelo al final de cada espectáculo. Cuentos míos y de otros, la vaca jugando y yo, pensando en la magia, pensando en cómo todos -a nuestro modo-, hacemos cosas mágicas a los ojos de los demás.

12/28/2009

Patagónico, chubútico, playaunioneso, Treléwico... esdrujuvílico.


Laura Casariego, Martín Corona Alarcón y Jorge Spíndola

Virgen de Luján


Nos acercamos a la Basílica de la Virgen de Luján, mientras Miguel nos contaba la devoción que hay en Argentina por ella: la virgen de los desaparecidos.
La milagosa virgen que da esperanza de que volverá el que no regresa desde hace...

"Y cuando yo escuchara que golpeaban la puerta, que me bajara la venda, que me iban a llevar... tuve mucho miedo ese día, pensaban que me iban a matar y entré a la celda... vi en la pared como estoy viendo ahí, a la Virgen de Luján.... me arrojé a la celda a pedirle... después a las diez de la noche me vinieron a buscar... digo a las diez, porque calculaba a la tarde, diez, diez y media será, me levantaron de vuelta así, me llevaron en un coche, me pusieron en un asiento atrás agachado, me soltaron las manos, pero la venda no me la sacaron y me dijeron: bueno, te vamos a largar, una vez que nosotros te bajemos del auto, te sacas la venda y te vas, pero primero dejas que nosotros nos vamos... que se vaya el auto...les pedí un cigarrillo y me bajé del coche cuando pararon y me tiré al suelo como ellos me habían dicho y era yuyo, campo...y se fue el auto y sentí que venía un camión que venía a pisarme, veo la luz que va a pisarme y me levanto las vendas desesperado y era un camión, o sea que yo estaba en el costado de la ruta... me tiraron al costado de la ruta... me puse a caminar para un lado, buscando a alguien que me dijera donde estaba..." Testimonio de Ares Rubén Horacio


El más moreno de todo el concierto, me sentía extraño, muy extraño entre jóvenes de 17 a 40 años, todos muy jóvenes, rubios algunos, muy blancos otros con el pelo negro, pero todos blancos pues. Era 12 de octubre y celebraban con un recital a beneficio de los Fabulosos Cadillacs.
Por vez primera escuché Matador, ya había estado un par de veces en recitales de Cadillacs, pero esta vez se me erizo la piel. El recinto donde fue el concierto estaba junto al Museo de los Desaparecidos y yo venía de conocer a una hermosa mujer de mi edad de Bahía Blanca y otra hermosa mujer de Viedma y de platicar con un dramaturgo autor de un par obras de teatro sobre el tema.
Entonces me estremeció pensar en Barracas, cerca de lo que hoy es caminito, en la Boca, en que simplemente lo matarían y él lo sabía, los esperaba como miles de argentinos y él, El Matador pertenece a uno de los 30 mil desaparecidos. "Por el simple hecho de pensar distinto..."
Luego, la primera tanda y el aviso de que terminaba el recital. Pero no. A su vuelta los cadillacs volvieron con la voz de Vicentico a full:
"Hijos bastardos de colonias asesinas, celebrando la matanza al indígena..."
Y los asistentes apenas coreando, siguiendo la música, no queriendo escuchar. Qué diferente a cuando cantaron siguiendo la luna. Qué diferente es el sur del norte, pero cuánto se añora uno al otro y viceversa.
La Santa María de los Buenos Aires a la que hace mención Matador no es la Virgen de Luján, pero podría ser.
¿Cuántos ruegos llegan a Luján?
¿Cuánto llanto y extrañeza y nostalgia llegan a tus manos Nuestra Señora de Luján?
Se extraña la Europa dejó el abuelo, se extraña la Argentina ganadera que ya no es, se extraña una riqueza y abundancia, se extraña al pariente desaparecido, se extraña uno mismo día a día de vivir...

12/25/2009

Homenaje a Ryutaro Nakamura


Vi caer al ángel cuando estaba en casa de mi chica. Era costumbre que ella mirara televisión con sus padres, casi siempre teleseries cortas norteamericanas. Mientras ellos miraban la televisión yo observaba en el reflejo del monitor la calle.
No había entonces monitores de plasma, así que me divertía mucho mirando cómo perros y algunas personas caminaban por aquellos suburbios.
No hizo ruido la caída del ángel, pero en mí tronó algo dentro. El chasquido fue en todo el pecho, como si un frasco de aceite reventara dentro y bajara caliente por mi estómago; en su viscoso caer llegó hasta mis piernas y no pude menos que levantarme corriendo hacia la calle.
Nadie se dio cuenta. En ese momento el Doctor Caza descubría que la enfermedad del payaso era provocada por el colorante rojo de su nariz.
Afuera hacia viento. El otoño estaba llegando y recuerdo perfectamente la imagen que cambió mi vida:
El ruido de las hojas secas arrastradas por el viento.
Su mirada enorme y llena de un líquido tibio, como si fuera un lago verde cada uno de sus ojos sin pupilas.
Estaba desnudo el ángel, sus pechos pequeños y sus piernas delgadas, sus huesos marcados encima de la delgada piel dejaba ver las venas azules. No tenía sexo y sus movimientos eran los de un anfibio, bajo su cuerpo había un charco viscoso y transparente.
No pude acercarme y cuando traté de hacerlo, el automóvil de la hermana mayor de mi novia frenó ruidosamente justo encima del ángel. Luego del escándalo del freno volvió por un momento el ruido de las hojas secas. Al frente del auto estaba el cuerpo, lo que quedaba del ángel. Un charco azul, un montón de astillas y el rostro que -como el cadáver de cualquier otro animal- miraba hacia ningún lado.
La hermana de mi novia bajó del auto con saludándome a gritos, me besó casi en los labios, me abrazó, dejándome la ropa apestando a su perfume. Entró a su casa y, en ese momento, la puerta se volvió un abismo para mí.
Nunca más volví a pisar aquella casa, ni aquellas calles, ni siquiera volví a dejar que me llamaran como antes.
Junto al cadáver del ángel tiré las llaves de mi casa, de mi auto, de la oficina que compartía con papá, mi cartera con las tarjetas y las identificaciones. A cambio, tomé los ojos del ángel y partí, escuchando el ruido de las hojas secas en otoño, resbalando lentamente, anunciando el invierno.

12/21/2009

La chunchaca de mis ayeres...


Era apenas un niño, la calle donde vivía no estaba pavimentada y en época de lluvias se forma una capa de espeso moho verde encima de los charcos. En la noche, los grillos y los sapos, los cocuyos y los mosquitos eran telón de fondo, porque la tele se apagaba temprano.
Nací y crecí en Xalapa, en el barrio de San Bruno. Y en la navidad, en las fiestas, en la pachanga se escuchaba solamente música para bailar: chunchaca.
No era salsa, ni cumbia, mucho menos norteña, ni el pop de aquel entonces que eran las canciones cursis del OTI; cuyo ejemplo sigue hasta la fecha en la cúspide de la imposición al público.
No sé qué pasaba en los ochentas en DF, porque la tele tenía sólo 4 canales y uno se veía sólo a veces y otro sólo daba programación de 4 a 10 de la noche. Nunca me pregunté por los éxitos en Estados Unidos, como veía a muchos amigos e incluso primos. Recuerdo con una sonrisa la primera vez que escuché sobre la "EME TE VÉ", que mis primos seguían ciegamente sin saber bien a bien de qué se trataba.
Uno de mis tíos cada vez que había fiesta, cada vez que había una oportunidad, la que fuera... cumpleaños de uno de sus cuatro hijos, cumpleaños de alguno de sus más de 20 sobrinos, navidad, fin de año, fiestas patrias, sacaba un enorme cargamento de Bacardí Blanco y desde comenzada la fiesta repartía a los mayores de su exilir.
Mi tío era enorme, gigantesco, un gordo que todo lo que comía lo llenaba de mayonesa. De hecho, en su casa conocí la versión mega de este producto, antes de que existiera comercialmente esa presentación. Mi tío bebía hasta caer y eso era muy complicado. Siempre el final de la fiesta fue el mismo: el tío semi muerto en una silla, o tirado en mitad de la sala, moverlo entre varios y, al día siguiente, las monsergas de todo lo que había hecho, las sábanas y cobijas a lavarse... ¡diversión!
Pero nada de esa alegría y bullanga como la chunchaca; el trago de bacardí siempre estaba acompañado de los discos de acetato del Super Show de los Vázquez, de los Flamers en versiones estilo "El flamazo navideño" con popurrí de villancicos bailables que incluían las tradicionales jarochas: la rama y el viejo; además de muchos grupos más que tocaban con calor y alegría una cumbia que no era la cumbia colombiana, ni la salsa cubana, era otra cosa.
Con una base cargada en los teclados de los setenta hacían una música tropical donde cabía todo, sin embargo, dieron por llamarle CHUNCHACA. Así que podemos definir al género como:

CHUNCHACA: Música tropical donde los teclados llevan la base, la cual es vehículo ideal de la bullanga y el desmadre jarocho.

Porque si bien en otros estados hubo chunchaca, en ningún otro tuvo tantos representantes, tanta diversidad y en ninguno estuvieron los representantes de la chunchaca más desmadroza y desfachatada: LOS CARACOLES.
Los Caracoles se crearon hace 35 años y dos cosas los definen: su estética bizarra y su fe ciega en la chunchaca. Han pasado ritmos y modas, ellos mismos han pasado por un dinfin de alineación e integrantes, pero son fieles (en el sentido de fidelidad y en el sentido que le dio el gobernador Fidel Herrera) a la chunchaca. Mientras otros grupos hacían "covers" de otros géneros, Los Caracoles dan batalla chunchaquera y desmadroza.
Su vestuario es una extraña mezcla de punk, dark, con pelos de colores y maquillajes que oscilan entre kiss y payasos. Su ambiente es desmadrozo y hacen que la gente, baile, grite y no pare de divertirse.
De niño escuché siempre su nombre, vi sus discos, baile sus canciones en las fiestas de la familia. Ensayaban a unas calles de mi casa y ayer que los encontré en el Encuentro de Lenguas Indígenas (vaya encontronazos) descubrí que su saxofonista es primo de la novia de mi hermano, que líder es La Sombra, que el director musical es Caballo Loco (padre de uno de los Aguas, Aguas), que Los Caracoles y su desmadre e irreverencia tienen que ver hasta con el gobernador, que... seguiremos de cerca los pasos de estos singulares Chunchaqueros de aquí mero de la mejor cepa jarocha.


12/20/2009

no pasa, ocurre.

y eso que no existe de pronto ocurre,
no existe, pero ocurre.
Ocurre en la mirada de mis sobrinos
ocurre en la falta de tinte en las canas de mi hermana,
ocurre en la ausencia de manos
ocurre en el exceso de cariño
ocurre en el silencio que hay en casa desde que murió Chori
ocurre el trayecto de Zempoala a casa para contar historias de chaneques
ocurren los miles de almas y sus risas y su compatir
ocurre andar y
de pronto
cansarse.
Esta gana de dormir sólo para que siga ocurriendo
sin que pese,
con el deleite nomás.
... los cerros y reverdecen.
No es que pase el tiempo, simplemente se adquieren mañas.
No más.

12/13/2009

Invención de los niños, creación de nuevos consumidores


Cuando los cachorros de humano dejaron de ser necesarios para el trabajo, fueron encerrados en grandes edificios donde aprendían a ser niños.
Un par de siglos después, aprenden todo lo necesario de una caja con la que absorven sus almas.
Hoy, los viejos edificios y la gente que ahí trabaja y el tiempo que emplean es abismo.
Cachorros de humano, vueltos niños hoy son consumidores más, millones de números más a la esclavitud del dinero-producto-trabajo, todo en el mismo redil, las mismas ovejas, el mismo granjero y la misma fábrica que compra los productos a los miles de granjeros.

12/02/2009

El amor en los tiempos de la dictadura unívoca


"Un corazón celoso no tiene espacio para el verdadero afecto".
Frases como están pueblan el cine y la televisión. Y el cine y la televisión se convierten en nuestros únicos referentes.
SOMOS HISTORIAS
LA RAZÓN SÓLO NOS SIRVE PARA ARTICULAR UN CUENTO Y CREENOsLO
Y HACER QUE LOS DEMÁS LO CREAn.
Nuestra vida no es la que enmarcan los programas y las películas, sino que son ellas las que nos dictan cómo deben ser nuestras vidas y nuestras formas de relación.

Inoculado el veneno, vamos creyendo en el yo como identidad, cuando no es más que un modelo impuesto por formas de comportamiento perfectamente trazadas.
y el amor como mediación y pretexto: nos imponen el amor como droga, como religión. Todas las historias terminan banalizadas por el tema amoroso. Y no es un continum en la historia de la humanidad, otros eran los conflictos y necesidades de otros momentos, mientras tanto, vamos creyendo en nuevos mitos, en nuevas religiones.
La "música", el comercio, las películas, los libros e incluso nuestras formaciones sociales se basan en "el amor". Y si atendemos sólo a su historia, el amor es un invento de los folletines, una desobediencia.
CUando las jóvenes del siglo XVII leían novelitas de amor, sabían sus padre que su alma y su voluntad quedaba corrompida. Y ahora, los padres y los padres de sus padres leyeron folletines amorosos y, no sólo eso, basan su vida aparente en ello, mientras por debajo las fibras más íntimas del ser sigue ocurriendo y ahí están las noches, los estados alterados y, por encima, mentira, no ilusión, no fantasía: mentira.
Y el amor de folletín nos tiene aquí, sin pensar en conjunto, egoistamente encerrados en un YO vacío de voluntad.
"Qué otros hablen del amor, yo amo" (Alejandra Pizarnik)

¡Hola sr. escritor!


¿Qué escribe señor escritor?
¿Qué le escriben -para que luego ud. lo firme- sr. escritor?
¿Qué conviene escribir para que todo el poder siga igual y unas brisnas vayan a su bolsillo sr. escritor?
¿Qué escribe su ego sr. escritor?
¿Qué escribe para agradar a los otros que escriben y lo lean la misma centena de afectos con quienes sería más fácil mirarse a los ojos?
¿Qué escribe cuando no escribe sr. escritor?
¿Qué le pasa sr. escritor?
¿Se siente mal?, espere sr. escritor, deje que un asistente le ayude con la pluma, con las citas, con llevar esa agobiante vida que le heredaron sr. escritor. Deje que otro asistente llene de paja las 500 páginas de su nueva novela, porque el nobel se lo dan a los grandes y abundantes escritores que trabajan para el imaginario de occidente-inglaterra, a favor de los dueños del mundo que dejaron de ser como estrellas en el cielo en la segunda guerra mundial.
Ud. sr. escritor siga guapo y lindo, enfermizo y bohemio, porque en las presentaciones habrá fotos y las portadas de las revistas literarias necesitan rostros hermosos, gente que REALmente parezca escritor.

caminando


El camino es sólo hacia lo otro.
Camino hacia otro mundo
de caminos y posibles.
Pero
si llego a sitio alguno
Estoy convencido que no será a otro mundo
sino a otro camino hacia lo otro.