5/08/2003

Un día te sientas y la única certeza es que tienes seco el cerebro, ni una sola idea inteligente, ninguna alternativa, ninguna "ocurrencia válida". No es necesario hablar de cómo percibes el mundo unívoco y goloso, ni de qué manera te ensimismas cada día con mayor hastío e hipocrecía, no más falsas posturas encasillables del romántico o el pos neo depresivo. No sentido. Este mundo es otra cosa...
La forma cómo nos percibimos, nuestros deseos y necesidades, los placeres y su clasificación, nuestros credos y dogmas, las formas de socialización, lo masivo como emblema, bajo cuya sombra se esconde el más profundo ensimismamiento.
"Cuando sea grande quiero construir con mis manos un enorme edificio, comenzaré a hacerlo juntando las piezas de aquí y de allá, seguramente tendréque viajar mucho para conseguir todos los materiales. Teniéndolos todos reunidos comenzaré mi magna obra, algo que deje a la posteridad el legado de que un día pasó por aquí alguien que..."

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