6/12/2004

L A P A R K A



¡¡¡¡ A Y M I HU E S I T O S !!!

Casi gritaba Darío a la más pequeña mención de su madre. Darío tenía 25 años, su madre había muerto por un ataque de asma frente a él cuando era un niño. Darío admiraba a Xavier Villaurritia, admiraba a la muerte, admiraba a los masters de nuestros momentos.
Un día desapareció Darío.
No sabemos nada de él. Sus chistes siempre hirientes y burlones se quedaron en el olvido. Hace más de dos años que no tengo noticias del emérito Esculdrufo.
Vaya el siguiente poema de Xavier Villaurrutia y la foto de la Parka como sencillo homenaje a don Darío Carrillo, quien seguramente anda por ahí con su enorme nostalgia trocada a falsa bufonería.


Nocturno muerto

Primero un aire tibio y lento que me ciña
como la venda al brazo enfermo de un enfermo
y que me invada luego como el silencio frío
al cuerpo desvalido y muerto de algún muerto.

Después un ruido sordo, azul y numeroso,
preso en el caracol de mi oreja dormida
y mi voz que se ahoge en ese mar de miedo
cada vez más delgada y más enardecida.

¿Quién medirá el espacio, quién me dirá el momento
en que se funda el hielo de mi cuerpo y consuma
el corazón inmóvil como la llama fría?

La tierra hecha impalpable silencioso silencio,
la soledad opaca y la sombra ceniza
caerán sobre mis ojos y afrentarán mi frente.

De "Nostalgia de la Muerte".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felizmente para los tapatíos, emigró a Guadalajara.