El amanecer yo encuentro feliz, mirando hacia el cielo cada día.
Todo es vacuidad, todo se reduce a cenizas, polvos, mierda. Y ahí tú, mirándome para atacar, te acercas, lo siento, espero no ser yo el depositario de tu manto, espero.
Anoche al caminar sentí tu presencia tras de mis pasos, te siento cerca, ya has pasado por las dos esquinas del cuarto donde enterraron mi ombligo. Ya te develaste, ahora sólo es necesario esperar tu aparición y estar tranquilo para el nuevo salto.
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