Hace mucho tiempo alguien notó que los humanos necesitamos creer. Se auto proclamó entonces como un ser superior y convenció a todos. Destruyó, mató, arrasó toda resistencia. Anuló así cualquier ideología o idiomas diversos. No conforme, se apoderó de todo lo que brilla y dijo que sólo eso tenía valor. Así, creó un nuevo símbolo, estandarte de su poder: el dinero. Hoy, nadie lo recuerda. Los humanos viven un mundo que lucha y puja por dinero, por tener un pedazo de tierra, por tener algo que en realidad es sólo la naturaleza misma, transformada, trastornada, como la mente de aquellos que siguen creyendo en aquel absurdo.
5/24/2012
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