12/30/2012

De sueños

Despiertas. Despiertas. Despiertas.
Nada de lo que crees real está ahí. Ni siquiera tú tienes el mismo cuerpo con que el cual crees ser tú mismo. No eres tú mismo, eres una mirada circular que llega a todos los rincones del sueño. Eres el piso y el cielo, eres el sonido y el silencio, eres simplemente la cabeza que reposa sobre la almohada.
Abajo el mundo juega a que es real.
Y ellos no despiertan nunca.
No porque no quieran, están amarrados al sueño.
Ese mundo que puedes ver no existe sin sus soñadores.
Tú cariño a los sueños amarra a cada uno de los esclavos.
Despierta, ese mundo se quedará ahí.
Cuando abras los ojos, serás un esclavo más en el sueño.

12/18/2012

Fines del mundo

La fantasía más difundida en los últimos meses del año 2012 es el Fin del Mundo. Ya el 2000, el 09/09/99 y un montón de fechas que aparentan ser cabalísticas han llenado las preocupaciones de otros momentos, con suicidios de por medio y ventas al por mayor de latería y no perecederos en las grandes tiendas.
Ahora, la gente habla de oscuridad por tres días, de cambios energéticos, de movimientos en el tiempo-energía entre las personas, de alineaciones planetarias y muchas cosas imposibles de comprobar. Sin duda los humanos necesitamos crearnos y creer mitologías, lamentablemente no siempre son las más adecuadas para una mejor sociedad.
Hay mucho que decir sobre el tema, innumerables vertientes y maneras de abordarlo, desde los mayas hasta la ciencia. Y al decir los mayas, no nos referimos a los simpáticos y amables yucatecos que siguen hablando maya e incorporando palabras al castellano, esos habitantes de la Ribera Maya que ven cómo las empresas extranjeras toman posesión de sus tierras y las convierten en paraísos artificiales, mientras ellos se convierten en empleados del turismo. Eso sí, perfectamente disfrazados de indígenas mexicanos.
Luego, la ciencia, la nueva fe que nos regaló occidente. Los grandes descubrimientos que nos hacen saber que las luces que perciben las lentes de la tierra son soles y planetas. Hay mucho de fe en esto, creemos que son algo las luces que vemos a millones de años luz pero nadie ha ido a tocarlas. No es diferente a la cueva de Platón.
La idea que el 2012 traerá un fin del mundo, no es diferente a la idea de una nueva manera de ver al hombre, las relaciones interpersonales, en fin, insertar una idea en el imaginario colectivo. Una idea que cree nuevas maneras de percibir aspectos de la realidad.
El punto no es el fin del mundo, sino la idea de mundo que te venderán después.
Los sistemas de pensamiento occidentales se basan en dicotomías, de manera que mediante la competencia de dos o más fuerzas se logra la instauración de un orden. La coca cola no hubiese podido ser el refresco más conocido y difundido del mundo de no ser por la "aparición" de pepsi, ya ni hablar de las pugnas entre capitalismo y socialismo, riqueza y pobreza, paz y guerra, y un larguísimo etcétera.
Al final, cuando se habla tanto del fin de algo es más bien comenzar a plantear bases de algo diferente. Además de un enorme trabajo de promoción y comercialización, en lo que México ha sido un gran alumno de sus vecinos del norte, expertos en ello.
No olvidemos toda la publicidad ganada para México con imaginarios como el virus de la influencia, el zapatismo o el misticismo prefabricado de los pueblos prehispánicos; sin dejar a un lado la invención de "pirámides" y la re construcción estilo Hollywood de sus monumentos, de sus bailes, ritos y tradiciones.
Así que al final, si se acaba el mundo es porque todos lleguemos a creerlo. De hecho, este mundo es una fabricación ideológica aceptada por la mente de millones de seres. Para ejemplo, el dinero. Ese "valor" fijado respecto del oro (¿por qué el oro precisamente?) que todo el mundo respeta, venera y sigue. Al final si nadie le diera valor a los papeles, metales o documentos eso no tendría sentido alguno.
Así, el fin del mundo es la idea a instaurar, el nuevo mundo es la consecuencia de la misma que seguramente iremos viendo cómo se consolida, obviamente con nuestra mente y nuestras manos trabajando para ello aún sin darnos cuenta.
Los humanos necesitamos creer cosas y no creemos en lo que queremos, sino en lo que podemos. Pues sólo podemos construir ideas y conceptos a partir de información.  Y de suministrar, dosificar y regular la información se encargan estos medios maravillosos que estructuran y dan forma a nuestra mente particular y colectiva.
No se acabará el mundo, sino que se comienzan a gestar nuevos. Sólo me encantaría que los nuevos mundos fueran más pacíficos, más vinculados con la naturaleza y llenos de comprensión con lo diverso. Hace tiempo que el mundo parece un imperio, ojalá en esta oportunidad todos los humanos podamos abrir tantas puertas y ventanas que están ahí, esperando.

11/13/2012

Yo trabajo para niños (sin importar su edad)

¿Por qué trabajar para niños?
Ante la pregunta de siempre respondí de forma más clara que antes, para mí, para mis compañeros. Más de diez años trabajando con chicos y lo comprendo ahora con claridad.
En los niños aún no hay máscaras sociales, imposturas absurdas, no son pretensiosos ni se esmeran en ser algo que no serán nunca. A diferencia total de los adultos, quienes nos encargamos de enseñarles a mentir, a fingir, a ser funcionales en un mundo enfermo.
Es jodido sí, pero así es sin reflexión. Los adultos nos quejamos de lo injusto de las estructuras sociales, nos molestamos con los sistemas y en lugar de cambiar nosotros para que cambie el resto, las seguimos a pie juntillas, nos esmeramos en ser y parecer lo que no seremos nunca, en lugar de abrazar nuestra identidad. Renunciamos a lo que somos, avergonzados de nacer donde nacimos, avergonzados de sentirnos parte de algo, a cambio imitamos modelos de la televisión, de la religión, de lo que sea con tal de sentir que pertenecemos a algo más grande y, creemos, importante.
Los adultos no reflexionamos ni entendemos, vamos imitando modelos sin pensarlo; vamos defendiendo tonterías sólo porque nos dijeron que son reales, somos capaces de las peores atrocidades por absurdos, volcamos todo nuestro ser animal en ideas vacías como un equipo, un partido, un juego dicotómico. Cuando el poder se ejerce unívoco sobre todo nosotros vemos sólo una batalla que parece real y está arreglada de por sí.
Los niños te miran y puedes percibirlos, juegan a esconderse de ti y a perseguirte, te pegan cuando han sido golpeados, te miman cuando han sido mimados, sonríen cuando  los rodean de alegrías y están serios y tristes si el mundo a su alrededor es así.
Los niños son muy humanos, no personas, ni ciudadanos, ni consumidores, ni nada de eso, los niños son animales a punto de convertirse en seres soberbios, en absurdos bichos que se creen dueños de la naturaleza.  Pero por fortuna aún no lo son.
Es por ello que trabajar para niños es abrir puertas a mundos diversos, a posibles increíbles para el presente inmediato. Además, por llevar a los niños van los padres, los abuelos y la familia completa, así que puedes decirle cosas también a los adultos, no sólo es para niños como mucho del "entretenimiento" actual.
Un chico de 5 años del día de hoy, ha pasado más tiempo frente a la tele que junto a cualquier adulto, aparato que en su  aparente afán de educar  sólo vende su imaginario e impone con ello la repetición de esquemas y estructuras. Nuestros chicos entonces absorben cultura basura, se vuelven más pretensiosos que nosotros, antes de los primeros años ya tienen Disney, Barbie, Pixar, Superhéroes llenando sus almas.
Por eso es importante decir otras cosas, porque en el imperio mediático se nos olvida contar historias cara a cara, porque los niños merecen heredar nuestros saberes más arraigados, la verdadera sabiduría de la humanidad y eso es lo que nos contaron los abuelos y los padres, que a su vez les fue contado por muchas generaciones atrás. En cambio, dejamos ese trabajo humano a una caja que sólo busca ganar más, reunir  más dinero, más fieles, más esclavos que sonámbulos sigan sus mandatos.
Me gusta trabajar con niños porque creo que puede haber -de nuevo- miles de mundos posibles latiendo en esta realidad.

11/04/2012

¿Aún somos humanos?

Dibujo de Alebrije por Ulises Bernal
Vivimos atrapados en pequeñas, minúsculas realidades, complaciendo a un decena de personas, mientras el mundo afuera late profundo y fuerte. Perdemos la vida en el amor de pareja, sin siquiera intuir el Amor Universal. Peleamos por el dinero como bien máximo, sin poder percibir el verdadero bienestar. Creemos sin reflexión en el poder y el éxito, que sólo nos vuelven esclavos. Amamos la cadenas y cuando la calma y el fluir nos envuelven, salimos a destruirnos para sentirnos vivos. Confundimos la emoción con el dolor, la lástima con la compasión, ¿aún somos humanos?


11/03/2012

Bebé

Lo que viene pasará muchos más años como adulto que como niño, más como niño que como bebé. La hermosa apuesta de la vida que nos permite ser parte de ella.
Al final, el dinero es un invento social, el poder es aparente y entre más poder ejerces más lo ejercen sobre ti., en la vida lo único importante es la vida misma. Este tiempo que se nos permite fluir. Aquí, Alethia con un Playmobil de mujer embarazada, como ella, como nosotros,

10/20/2012

Y tú, ¿sabes decidir?


Vivo en otro mundo, lo construyo con decisiones diarias.
Decido en qué creer y en qué no.
Me informo y decido lo que como.
Decido cómo cobro o regalo mi trabajo.
Decido si acumulo, invierto o gasto.
Decido si creo en la ciudad o me regreso a la tierra, viviendo en el campo.
Decido si juego el juego absurdo de todos o busco maneras de generar o validar otros juegos.
Decido si sigo mintiendo por tradición o me permito echar luz y verdad a mi realidad.
Decido estar vivo o ser un zombi.
Decido quedarme en casa a cuidar de mi gente o salir a ganar dinero para pagar a otros que cuidarán de mi gente.
Decido apagar o prender la televisión.
Decido quedarme en Facebook o usar la computadora.
Decido usar la tecnología o ser utilizado por ella.
Decido vivir a plenitud o quedarme dormido.
Decido sentir la vida o ser una hoja al viento.
Decido quedarme en mi empleo quejándome a toda hora o mover desde mi espacio, de a poco, la realidad circundante.
Decido hacer el mundo idea que quiero para mis hijos o seguir en la línea destructiva y heredar cárceles y esclavitud.
Decido ser ignorante o abrirme a los cambios.
Decido caminar o sentarme.
Decido creer en la política y sentir que mi destino está en otras manos.
Decido amar o buscar que me amen.
Decido darle a la humanidad, aportar en el camino breve de la existencia o quedarme encerrado con ideas absurdas de romanticismo egoista.
Decido dejar de creer que un auto, el dinero, un espacio físico, pueden darme felicidad.
Decido darle su valor a cada cosa, dejando atrás la mediación del dinero. Para quien el  máximo valor es el dinero, su ser vale muy poco: se puede comprar.

10/13/2012

Día de la Raza

Ayer estuve todo el día en Zacapoaxtla, trabajando en la mañana con niños sordos, con discapacidad intelectual (síndrome de down y autismo, principalmente) y con maestros de Educación Especial. Tan atareado que no recordé que era 12 de octubre, que no me di cuenta que era el famoso Día de la Raza, que no pude ver Facebook ni nada más que estar compartiendo, luego comer y después regresar a casa y dejar en la suya a mis compañeros.
Ayer fue despertar temprano, salir corriendo, que los chicos con sus padres y maestros ya estén esperando en el CAM, que debamos hacer dos grupos porque es muy diferentes la sordera que cualquier diferencia de tipo intelectual o física.
Luego, hacer por la tarde un grupo, pero dos chicos simplemente no pueden estar ahí. No es que no quieran o no entiendan, no pueden estar quietos, quieren correr, jugar expresar de otros modos que no son estar sentados jugando. Entienden, sí. Pero no sé si ellos entienden lo que les quiero o puedo comunicar, sólo sé que entienden, porque responden a mis miradas, porque me retan aventando la pelota lejos y "se burlan" cuando voy por ella, porque parecen maliciosos demonios que no son como yo, que retan a mi intelecto occidental, a mi manera cuadrada y estructura de ver y asir el mundo, la realidad.
Cuando trabajo con chicos diferentes me doy cuenta de lo aburrido del mundo, de lo jodido que es el imperio de lo mismo, la idea de lo unívoco validada por todos. Nadie se detiene a ver en la gente diferente todos los mundos posibles, toda la verdad y vitalidad que hay en sus visiones. Al contrario, los limitamos, los educamos, los convertimos en autómatas similares a nosotros, nunca iguales, nunca en la misma condición, sólo "similares", capaces, posiblemente tan humanos como nosotros mismos.
Y hoy despierto y veo la noticia, veo una foto en Facebook, escucho en radio que un programa está dedicado a la película que recuerda aquel "encuentro"llamado el "descubrimiento" de América. Y recuerdo tanto tanto tanto pensar y re pensar en la masacre, en los millones y millones de humanos asesinados por un puñado.
También, recuerdo mi maldita paranoia al mejor estilo Philip K. Dick, entonces creo que desde hacía mucho siglos un pequeño grupo de gente en Europa sabía la existencia de América, incluso teniendo intercambios de diversos tipos con ellos, sólo que no era necesario o posible hacerse de ese territorio. No importaba, era un mundo lejano, absurdo. Hasta que hallaron la tecnología para apoderárselo entero, su magia logró las armas biológicas letales, desde la propagación de virus mediante machacar costras y luego disiparlas en el aire, hasta el envío de selectos grupos de enfermos para echarlos a poblaciones enteras. Y luego entrar triunfantes y poderosos, máquinas asesinas que no sabían bien a bien para quién estaban trabajando. En mis delirios, creo que la estructura de pirámide social impide ver quiénes son realmente los que mueven los hilos.
Así, mediante el genocidio, el exterminio, una cultura llamada Occidente, proveniente de Europa, devastó casi por completo las lenguas, los sistemas de creencias, sociales y culturales. Sin embargo, en algunas regiones del continente hubo pueblos que decidieron no abrirse, se resistieron como se resisten actualmente y desprecian la cocacola, las hamburgesas y la televisión. Callados y distantes conservan sus hermosas y bárbaras costumbres, sus lenguas y sistemas.
Yo no soy de esos pueblos, mi pueblo es diferente. Por mis venas corre la sangre derramada y la del asesino. Soy lo mismo el totonaca que el nahua, que el francés y el español, lo mismo el asesino que la víctima, el arma y el perdón.
En México, las mujeres fueron ofrenda y seguimiento de la cultura y la raza. Así, los Españoles salvajes asesinaban de día a los hombres y de noche se acostaban con sus mujeres, el fruto somos nosotros.
Pero no fue así en todo América, en grandes regiones el genocidio y asesinato sistemático continuó y, lamentablemente, continúa. ¿Conocen la historia de que en Patagonia una tienda pagaba en efectivo si les llevaban orejas de nativo? ¿Que cuando vieron a los verdaderos dueños de esa tierra, sus habitantes, sin orejas, cambiaron el formato y sólo pagaron por testículos?
Hace cuatro años estaba en Buenos Aires, pude asistir el concierto de los Fabulosos Cadillacs. Yo era el único moreno, un espacio al que no parecía pertenecer. Pero me sé todas las canciones, me emocioné y brinqué quizá como ninguno, porque eso sí, todos parecían demasiado relajados, demasiado civilizados, casi incapaces de mostrar una emoción hasta que Vicentico habló de conmemorar el día para presentar una canción.
Energética, fuerte, ruidosa y rítmica, pero ninguna persona parecía sentir empatía con ella. Mientras que en las baladas coreaban y hasta se movían al ritmo, cuando comenzó esta canción, todos se quedaron de piedra:

El V centenario, no hay nada que festejar
latinoamericano descorazonado
hijo bastardo de colonias asesinas
cinco siglos no son para fiesta
celebrando la matanza indígena

Cuantos estandartes en las carabelas
cruzando océanos, la decadencia
Hispanoamérica se viste de fiesta
celebrando la matanza indígena

No hay nada que festejar
Juventud de América, no debemos festejar
colonia imperialista tenida de sangre
sangre nativa, sangre de la tierra

Donde el indio nació y no pudo conservar
donde el indio murió y creció sueños de libertad 

Y entonces yo brinco y celebro que no hay nada que celebrar, porque soy mexicano y celebro hasta la muerte, celebro y vivo, canto y lloro a la vez y no, pues no. No todo América es igual, quizá similar, quizá con un mismo idioma impuesto, quizá todos bajo el mando de los Gringos que inventaron una cultura que todos creemos casi ciegamente, menos por fortuna nuestros hermanos de pueblos orgullosos de su ser, una cultura unívoca.
Al final, la discriminación a favor o en contra, el sólo hecho de que la palabra exista, valida un sistema único. Occidente-Europa trajo e impuso su cultura, como nosotros la imponemos a todo ser que pretenda o aparente ser distinto. Es más, términos como freak, raro, extraño son una manera de incluir en la discriminación, vivimos un sistema unívoco que parece absorberlo todo y lo que no puede ser absorbido es exterminado.
Indígena, aborigen, bárbaro, discapacitado, loco, inválido (sin valor), son términos que no sólo excluyen, sino que impiden que podamos valorar como posibles los mundos que nos proponen. Cambiar la cultura de los pueblos, riquísima y potente, capaz de difundirse a todo el mundo, por la idea de folclor, de bisutería, de "cosa de indios" es el gran juego del imperio.
Asistimos a un imperio ideológico mundial, donde cualquier diferencia es absorbida y neutralizada, desprestigiada, anulada. No importa al final si se trata de un cromosoma de más y una forma de percibir la realidad realmente diferente. No importa si es un pueblo con formas profundamente diferentes de regulación social. No importa si hablamos de sociedades que no necesitan dinero o política. La guerra contra la diferencia por parte del imperio es sistemática.


Dibujo del holandés Theodor de Bry (1528–1598) mostrando la quema de indios en América. Día De La Raza

9/30/2012

Qué glorioso es el pasado!

Si algo me encabronaba cuando solía ser jovenpromesaliteraria y reportero en ranchotitlán eran las glorias pasadas de la cultura. De pronto todo el mundo había hecho, escrito, dicho, movido, creado, pero nadie estaba haciendo nada en el presente.
Por ejemplo, aquel escritor que en el pasado fuera director de galerías en La Capital, amigo íntimo de todos los escritores, autor de tres libros y un largo etcétera. Llevaba más de cinco años sin mover un dedo, bajo el amparo de un sueldo burocrático por la universidad o el gobierno, bebiendo de jueves a domingo y repitiendo los mismos versos una y otra vez, las mismas historias viejas, la misma borrachera todos los días.
O el artista plástico que celebraba su más reciente exposición. Su currículum hablaba de exposiciones en no sé cuántos países, de cursos y talleres en un pasado remoto. Luego, la expo era su compromiso laboral con la institución, su cotidiana manera de agenciarse el sustento. Y encima no había internet, no había fotos ni manera de cerciorarse de que el papel que colaban a la redacción tuviera sustentos.
En aquellos días no podía distinguir a farsantes de honestos, así que entrevistaba, hablaba y me emborrachaba lo mismo con unos que con otros. Y las entrevistas y reportajes, tenían siempre un todo de burla, de no creérmela, ni creérsela.
Recién revisaba las incontables entrevistas y notas de aquella época, un montón de textos que iban del teatro a la danza, de la plástica a la literatura, siempre mirando, observando el mundo de las artes de ranchotitlán, tan cultural, tan atenas, asegún ella. Y buscándome un sitio, queriendo pertenecer sin saber ni siquiera a qué. Fui un chico afortunado y muy empeñoso, un loco más con sus textos bajo el brazo suplicando ser leído y aterrorizando a los demás con ello.
Junto conmigo, toda una generación de compañeros de viaje. Unos más académicos, otros más alternativos, algunos con ánimos de viajar y moverse, otros urgidos de validar ante la familia sus méritos para recibir una plaza. Todos los jóvenes en esa carrera que luego sabríamos que es absurda, que no lleva a ningún sitio en realidad.
Y lo platicaba con ellos, lo tonto que era mirar a la generación arriba como gloria pasada, viviendo de recuerdos, usando el presupuesto para hablar de las maravillas del pasado. Ahora me detengo y miro, veo a mi alrededor a mis compañeros siendo esa otra generación de glorias pasadas, influir en los más jóvenes como amigo o alumno de tal o cual maestro, que si viajaron para hacer su doctorado, que si en el pasado... y se marchita la vida en ese continuo lomismo de repetir en la universidad lo mismo que les enseñaron, se marchitan malamente viviendo de un pasado reciente que presentan como glorioso.
Y al final, repetidores de estructuras vamos  repitiendo sin darnos cuenta, cantando las mismas canciones de hace 15 años, repitiendo las borracheras, las historias y soñando con el pasado. Convencidos de que hicimos y fuimos, vamos convenciéndonos de que los grandes momentos pasaron. Dejamos de hacer a cambio de estar, de ser una referencia para los más jóvenes, de ocupar el sitio de los otros.
Y entonces nos convertimos en nuestras propias viejas glorias, nos metemos a circular en el micro mundo de la comodidad, sin proponer, sin crear, ocupados en vivir la vida como nos dijeron que se hace, sin cuestionar, quejándonos amargamente del poco tiempo para la creación que nos deja la vida.
Y esto ocurre en las ciencias, en las artes, en todos los sectores, somos pasivos repetidores, para eso hemos sido formados. Cambiar esa estructura, generar estrategias de cambio, nuevos ejes de pensamiento es un gran reto, dejar el sillón de la comodidad, abandonar las viejas lecturas y cambiarlas por nuevas, aprender a investigar por nuestra cuenta, a generar ideas y aplicarlas en nuestros pequeños contextos es una posibilidad siempre abierta.
Me aterra mirar cómo la gente espera su salvación laboral desde la política, luchan y se enojan por situaciones que no están a su alcance y no sólo eso, son situaciones completamente inaccesibles. Sin embargo, la política y el poder son formas que requieren la credibilidad de toda la población para existir y al estar contra o favor se cree en ellas. La respuesta es simple, generar, crear nuevas formas de gobierno o gobiernos, pero eso es muy complicado, requiere de mucha creatividad, de mucho tiempo, de propuestas profundas y comprometidas, requiere de convertirse en otra cosa que, no sé, si exista mucha gente dispuesta a ser.

9/27/2012

lloro por mi ciudad

Cada día me salgo más del quicio, es que sí, me sacan de quicio más cosas.
La más importante es no hallar el modo de comenzar a escribir un texto largo con pretexto de novela. Qué ganas de hablar de un grupo enorme de burócratas que inventaron una ciudad para que el estado les destinara recursos y así poder emplearse y hacer creer a la gente que viven en una ciudad, cuando sólo es un aparato absurdo que les permite vivir en la burocracia, sin producir, sin crear, sin proponer.
Hace unos días se me salieron las lágrimas, lloré carajo, no me pude contener al ver los anaqueles vacíos, vacía la librería más grande de mi ciudad. Algunos libros feos, empolvados, tristes esperaban con un precio bajo a que alguien se los llevara casi por compasión. El enorme espacio que fuera la sección de infantil, donde grabé varias secciones de recomendaciones para televisión simplemente desapareció. Y la otra gran librería a remate del 40 al 60 % en sus últimas existencias. Se acabaron, cerraron, vendieron, se agotaron las dos grandes librerías de mi ciudad.
Me enfurecí primero, luego lloré.
Nací en una de las ciudades con más traición cultural del país, nací en una ciudad donde ir al centro era sinónimo de poder estar en más 5 librerías de buena calidad, surtidas, con ventas medias para ser de provincia, que por lo menos se sostenían. Bueno, exagero, no era así cuando nací, pero sí cuando crecí, cuando hice la universidad y cuando me creía joven promesa de la literatura de ranchotitlán.
Era una ciudad con gente que consumía libros, que sostenían a librerías grandes, dotadas de buenas colecciones literarias, donde llegaban buenas novedades, donde podías conseguir títulos singulares, autores, pero al parecer eso terminó. En mi ciudad no hay ahora un Sótano ni una Gandhi, quizá esas grandes empresas son las que compraron estas pequeñas librerías para seguir con sus grandes empresas, suena bien como consumidor, tener a la mano una librería con gran catálogo, pero no creo que sea tan bueno a nivel local, porque se fueron a la quiebra los negocios de antaño. En fin que las cosas cambian y mucho.
Mi ciudad tan temerosa, tan llena de policías por todos lados, tan como siempre saturada de viejas glorias, tan burocratizada hasta la médula, tan cultural y a la vez tan poco creativa. Desde que me formé, desde que mis amigos y maestros me ofrecieron con cariño lo que tuvieron para apoyarme quise salir de ahí. Y sigo yéndome todo el tiempo, siego fuera y dentro. Fuera porque trabajo en otros sitios donde sí pagan y donde no hay que martirizar a tus amigos para tener público. Dentro, porque amo a mi ciudad, porque lloro al ver cómo se vacían los estantes de libros, porque me enfurezco cuando invierten millones en un festival que sólo valida la cultura de occidente y los foros son para una veintena de personas y terminan justificándolo todo con un concierto pop, una lectura de un actor famoso, más de lo mismo. Encima, sin proponer nada de lo local, sin usar esa plataforma y los reflectores para potenciar la creación local, para que lo hecho en mi ciudad realmente alterne con lo que occidente tiene en gran estima. En cambio, serviles fanáticos abrimos las puertas a que vengan y hablen y digan y entonces todo el mundo diga que vinieron, hablaron, dijeron aquí y ya. Lo que antes fue un foro, un espacio para mostrar cómo se hace y que se hacen cosas, ahora es un viejo recuerdo, un nombre hueco que sirve para que vengan a ponerse ahí tendencias, modas y estructuras exteriores, para gusto de una minoría soberbia y desvinculada con la gente.
Mi ciudad es sin duda la posibilidad latente, existimos muchos trabajadores al margen de los presupuestos, de las figuras del arte, de las galerías y los teatro. Somos cada vez más quienes día a día hacemos lo que nos gusta y nos gusta compartirlo, probamos y hallamos modos de lograr productos que gustan a la gente y generan una demanda.
La vieja idea del arte, bajo el mecenazgo del estado protector se acaba con rapidez.
Por ello, no los que ya se consideran artistas, sino los nuevos creativos, tenemos la obligación de volver a la esencia del artista: crear ideas, generar vehículos para que lleguen a la gente y se creen nuevas y diversas formas de mundos, porque el mundo que impuso Occidente hace unos siglos y el mundo que vende EU tienen ya un rato oliendo a podrido.
Así que a trabajar, ahora viene el fin del mundo y tenemos la obligación de recibirlo con cientos de propuestas.

9/12/2012

Jarritos | ¡Qué buenos son! Concursando

Jarritos | ¡Qué buenos son! Yo te pediré que vayas a esta página http://mezclandotradiciones.com/concurso/fotos/photo/190 y me regales un me gusta ahí, en la manita parriba que tiene, porque así me ganaré unas cámaras para seguir enviándote memes y fotos cotorronas por el face. Cómo la ves? GRACIAS mil

8/26/2012

Niños mojándose

No sé si todos, pero yo al menos recuerdo los domingos de fiesta en casa de mis primos. Incluso la maldición de la piñata de olla de barro que descalabraban a los niños, el palo que al romperse salía volando y hasta una vez le sacó sangre a una señora. Pero lo mejor era siempre la libertad de los primos para jugar, para estar creando nuestros propios universos, lejos de los adultos que a su vez se entretenían en sus juegos bailoteando cumbia, chunchaca y todo lo bailable que hallaran en sus acetatos.
Niño asmático al fin, los cuidados de mamá no me dejaban ni un ratito. Por eso el grupo de chiquillos me servía de protección, de libre delirio infantil que me permitía retar a la tos y correr en la lluvia hasta quedar empapado.
Sí, el asma posterior era inevitable, sí, mamá perdía la calma y los regaños y los gritos y de pequeño amanecer con asma y quizá hasta hecho pipí. Pero mojarse bajo la lluvia en el juego de loca libertad, competir a ver quien puede correr bajo el agua sin mojarse, jugar para sentirse vivo. Esa sensación de vida que a menudo olvidamos a cambio del absurdo juego social.

8/25/2012

Nuevos momentos

Hace casi doce años comencé esta aventura, aburrido y desesperado en la cuidad del desierto. Hoy, esperanzado y lleno de alegrías juego con un nuevo elemento: un teléfono.
Generalmente, estos aparatitos son usados para hablar "directamente" entre dos personas, comunicarse o escribir para gente que se conoce, cercana. De hecho, el Facebook es nuestra propia sección de sociales, nuestra revista gratuita de chismes. Venga el juego y adelante, comencemos a crear desde esta ventana, con esta cajita, donde no hay más teclado ni el sonido del golpe con las teclas sobre el papel. Comencemos desde antes, partamos desde las nostalgias para comenzar a construir mundos donde aún sea posible vivir a gustito, nomás.

8/22/2012

chispa


Dos seres se encuentran
son luz y sombra
se miran de lejos
se gustan
les fascina ser tan diferentes.

Luz se pregunta: ¿porqué jamás lo había visto?, ¿somos del mismo mundo?
Sombra se fascina y teme, tiembla y se estremece.
Cuando se unen no hay más.
Apenas una chispa y el mundo continúa.
Sólo ellos, reducidos a un instante, supieron que algo ocurrió.


Ilustración de Ulises Bernal 

8/18/2012

Notas sueltas para la charla con Yuri Herrera

Presentación del libro Los ojos de Lía

Ojalá no todos, ojalá nunca nadie tuviera que lidiar con un asunto de estos en su vida. Ojalá nunca un trabajador infantil se topara con un niño consciente de que se vida peligra, amenazado a punta de cañón para que sus padres pagaran dinero, trabajaran en tal o cual enmienda, causa, daño, perjuicio, labor.

Ojalá los niños no se vieran obligados a crecer en un mundo lleno de armas, un mundo donde  la vida se compra y se vende como un servicio o un producto. Los juglares de la antigüedad contaban lo que llevaban preparado y, a la vez, iban re haciendo sus relatos con lo que pasaba, con lo que veían y sentían al momento de contar, al momento de hacer su actuación.
Si bien leeré algo de "Los ojos de Lía", quiero contar muy brevemente varias anécdotas.

Feria del libro hace dos años
Ella se llama Sandra, tiene ocho años y no sale de la casa del cuento, contamos todo el día historias diversas y ella se queda con nosotros. Poco a poco, del asombro y la búsqueda pasa adelante, pide le leamos un libro. Elije alguno, nos lo da en la mano, primero a uno, luego a otro y escucha atenta. Pero, ¿sabes leer? No. ¿Vas a la escuela? No. ¿Por qué? Entonces la crónica horrenda, la historia de un desplazado por la violencia, por la guerra. Salir de la ciudad, huir para conservar la vida. Y luego, luego nada, luego su mamá contándonos que a Sandra -como a Lía- de pronto en su vida de niña se le apareció un muerto y ese día la niña no quiso leer más. Eso no pasó lejos, fue aquí y no dudo que –lamentablemente-siga pasando.

Jardín de niños
Un niño me amenaza con la palma de la mano. ALTO AHÍ VILLANO, y luego corre haciendo sonidos extraños y fingiendo disparos. Es un preescolar. Detengo al niño, ¿sabes qué es un villano? No. ¿Entonces porqué lo dices? No sé. Y entonces corre gritando ME LAS PAGARÁS.

Provincia del norte de México 
Los chicos sorprendidos por nuestra visita hablaban, jugaban. Unos son narcos y los otros militares, unos federales y otros policías. Me acerco y me presumen. Yo de grande voy a ser narco, porque tienen mucho dinero y armas y coches. Ah pues yo voy a ser federal, dice otro. Y éste, señala a su compañero callado y tranquilo, va a ser militar, ¿verdad tú? Sin decir palabra el niño asiente con una sonrisa.
No tienen diez años y ya sido testigos de cómo han robado en su escuela las computadoras, sillas, mesas, baños, incluso han roto paredes para llevarse los ladrillos.

Las armas sólo tienen una función y, lamentablemente, cada día se hacen más. En cambio cuánto de cariño, de amor, de visiones más humanas se habla a diario, me atrevo a creer que cuando encerraron al amor en un ámbito de pareja lo condenaron a no ser social, a dejar su labor unificadora de grupos y comunidades.

Ahora mismo si yo hablara del amor, de la importancia del cariño en la vida cotidiana, de cosas amables y lindas seguro sería tachado de cursi, de soso o bobo. Llevamos muchos años creando lenguajes para la muerte y la violencia, para el horror y la destrucción, pero ¿para el amor al otro, para el cariño, para los mimos?

Los niños crecen mirando modelos de conducta en televisión. A menudo lejos de sus padres, a menudo muy solos. Antes de ir a la escuela, antes de tener un acercamiento con los libros, los niños tienen ya muchas horas de televisión. Los humanos somos los únicos animales que creemos, así que si películas y programas de televisión lo que nos regalan es violencia y destrucción, es eso lo que se pone en juego en nuestra vida social.




8/06/2012

si creyera yo en algo más que la vida

Si creyera en los libros
Si creyera en lo que dijeron mis maestros
Si creyera en las pantallas
Si creyera en la cultura, la política o la religión
Si creyera en lo que inventa el hombre

SI creyera en algo más que en la vida
(que al final es lo único real, un tiempo para percibir de este modo, de esta forma)
Quizá sería tan insensato como para atentar contra la única verdad:
mi propia vida o la de otro.
Quizá perdería mi única oportunidad de hacer lo único que puedo con mi vida, construyendo y destruyendo aparatos de ideas y creencias.
Al final, somos sólo vida y vida es lo único que podemos dar a este flujo maravilloso.
Todo lo demás es un invento, un juego para pasar el rato que inventamos los únicos animales aburridos que inventan y se inventa.

7/29/2012

Televisión de Rockdrigo

Hace muchos años, en un ciclo de conferencias que la universidad organizó para que los alumnos expusiéramos un tema a gusto personal, yo elegí el rock mexicano (¿eso existía?) y en especial a Rockdrigo González.
Mientras mis compañeros hablaban de la Suave Patria, de Andrés Henestrosa y algunos muy snobs de Joyce, otros de Faulkner y hasta recuerdo sendos ensayos bien alternativos sobre la obra de José Agustín o Parménides García Saldaña. Yo hablé de un tipo recién muerto aplastado por el temblor del 85 en el DF, un tipo que además se atrevía a criticar duro a los intelectuales, un tipo que con una guitarra y hartas inquietudes habló como profeta de esquemas de control y formas de pensamiento que siguen vigentes 27 años después de su muerte.
Quizá no existan en México letras más auténticas que las de este singular canta autor. Desde cuestiones de la ciudad hasta la recuperación del huapanguero, poco escapó a las ideas de Rockdrigo. Actualmente, poco escuchado, las adaptaciones y versiones que se han hecho de sus rolas en realidad han sido muy pobres y, como en su canción Bucando Trabajo, la música se llenó de canciones de amor que dejan un poco de dinero y la mente vacía.
En el tubo de videos me encontré esta joyita, con Ray Cadó haremos algo para compartirla con ustedes.

http://youtu.be/8SP6AlLvGRU
VIDEO

Y les transcribo la letra como la entendí.


TELEVISIÓN
Rodrigo González

Soy tu cordura insensata
30 canales y una sola dirección.
Dimensión fina o barata
soy tu sueño, tu deseo y tu frustración.

Soy tu remanso en el tiempo,
una gran pena, una gran satisfacción,
un agujero en el viento.

Soy tu consciencia,
Tu impaciencia y confusión.
Soy la bruja que te hechiza,
que te hipnotiza y que te vende su función.

Soy una caja con prisa, soy tu celada, yo soy tu televisión.

Soy tu embriaguez, tu dependiente visión,
tu dictadura mental en plena acción.
Soy tu escapismo y tu mundo de información.

Soy de los niños fuente de pasividad,
soy su influencia, muerte de creatividad,
su mundo iluso, su sueño y su irrealidad,
como una droga que les impone su verdad.

Cien transistores y alambres
Tornillos, tuercas, resistencias y la ocasión
de perderte en mil enjambres
entre circuitos que son casi una razón.

Mujer de vidrio y metal
que te seduce con su abrazo sin final.
Ojo mecanico extraño
que tu pequeño espacio lo prolonga sin final.


7/09/2012

nostalgias revividas

Horas y horas escuchando los mismos discos de acetato. Grupos de rock mexicano, cuando las bandas que lo hacían eran chilangos desesperados por comunicarse, bandas pequeñísimas que gustaban a un sector, quizá a una colonia o un grupo limitado de personas que los seguían.
Impensable e imposible que aparecieran en la televisión, quizá sonaran algunos de pronto en alguna radio cultural de baja frecuencia, pero nada yo era un tipo extraño, como lo sigo siendo, en una pequeña ciudad de provincia que escuchaba cosas raras.
Nunca me interesó el rock en inglés, tampoco el pop meloso de la radio, ni las baladas melcochonas: "Si aparece en la radio, no me interesa, no lo compro ni lo escucho". Así, desde los doce años me escapaba de la secundaria para ir a buscar "algo" en las tiendas de discos o a Tavo´s Rock, la única tienda de rock que había en la ciudad. Ahí llegaba Pentagrama, Gas y un montón de grupos y discos extrañísimos. Ahí comenzaba el juego y la expectación, de pronto algo de metal, algo de rock urbano, algo de ska, algo de... cuatro o cinco años escuchando esas canciones, letras chistosas y divertidas.
Así llegué a la preparatoria y comencé a escuchar otras cosas, me enamoré y llegué al extremo de escuchar con gusto a José Luis Perales y qué decir de ese maravilloso coro de voces melcochonas españolas Trigo Limpio. Y todo en un tornamesas y todo en acetato, de vez en cuando en cassette.
Cuando cumplí 15 años lo que quise como regalo fue un stereo, no la grabadora enorme de doble cassetera, no. Un estéreo, una caja negra con botones y su tornamesa por arriba.
Veinte años más tarde me encuentro un tornamesa que se carga por usb, que se conecta a la computadora y que hacer que la computadora grabe en mp3 los audios del disco. Qué diablos es esto.
Si bien considero que el 99% de la música que se hizo en acetato ya está pasada a nuevos formatos hay muchas cosas que a nadie parecen interesar. Cosas que hizo gente sencillamente por el gusto y que ahí está, aquí está.
Los discos de acetato son tan nuevos como se desee y el zumbido que los acompasa nos regala otros tiempos. Me pregunto si antes la vida se vivía con zumbidos y estática, como era la tele y la radio. Me pregunto si la alta fidelidad, el 3D y demás aportes a la percepción hacen que la vida sea más ¿colorida? ¿verdadera? o simplemente menos natural y más artificial.