3/29/2006

El libro en México

Más allá del conocimiento y el excesivo valor que se le pueda dar a la lectura por parte de programas atiborrados (y creados) por analfabetas funcionales, el libro en México tiene usos inusitados.
El que muestra la gráfica tomada en una estación de bus de Teziutlán es uno de los más socorridos: taparse del sol. Una metáfora boba, como este mismísimo blog, sin duda.

3/25/2006

Insomnio


La estructura del Insomnio de Gerardo Vargas

Gerardo Vargas no sueña. "Para soñar es necesario ser Uno Mismo", le dijeron. Entonces, Gerardo ya no sueña más. Ha cambiado el viaje nocturno en el descanzo por la reconfortante posibilidad de mostrar mundos posibles en colores, texturas y capas. Serigrafía, le llaman los ojos despiertos.
Insomnio es el resultado de varias situaciones:
La renuncia al uno.
Gerardo era el cerdo que llenaba el paisaje una y otra vez, pero ese cerdo un día, al verse en un asteroide aislado, gritó: ESTOY SOLO. Como a El Principito, sólo le respondió el eco: Estoy Solo. Ya no era él, sino su eco: un Payaso. La metamorfosis desconcertante dejó su mirada abierta.
El mundo del sueño es entrópico, existe sólo en tanto la mirada está cerrada, individual, dormida.
A la mitad de este riel
Así que ahora, con los ojos abiertos de insomnio, el Payaso explora lo recorrido, va en llamas sobre la técnica, sobre el control de un lenguaje personal bien logrado. Puede auto referenciarse, pues no hay repetición sino eco mismo. Gerardo entonces puede comenzar el re-corrido, tomar nuevos bríos para crear ese mundo posible que sale de sus gráficos hacia el video, hacia la caricatura, hacia la escritura…
Siempre en un artefacto
Yo también soy un artefacto, la idea despliega humos de ojos, mi cuerpo se explica por engranajes y texturas. Hay un adentro de todas las cosas, también las que nos contienen para el viaje, para ayudarnos a recorrer el camino.
Bajo una idea, Gerardo trama para tratar de desentramar.
Los aviones, coches y trenes son entramados orgánicos, la rudeza metálica es tersura cálida y vital, afuera de dentro.
El viaje ahora ya no es sólo de una latitud a otra (el desierto de Chihuahua, el bosque de Xalapa y Xico), sino hacia dentro del propio recorrido, ya sea con el secreto orgánico de los aparatos de transporte o con el engranaje secreto de los animales, pero siempre rumbo de entenderse a sí mismo:
justificar la propia existencia en la labor cotidiana.
Los demás son ojos
Por ende, la mirada del Otro sobre su ser: la obra gráfica, le da consistencia a largas noches de humos y risas y sueños vertidos en un cuadernillo. Le da sentido a la soledad y angustia, a las alegrías y ausencias del trayecto de vida. El lenguaje de Gerardo no es más el juego sardónico rodeado de seres, sino la pastosa textura de poner una tras otra capa de color sobre el sueño que hoy se convierte en el mundo posible que ud. espectador tiene delante.
De secretos
El tesoro oculto está a la vista en la plástica de Gerardo Vargas, pues cada rama, cada ojo, cada nube, cada cerdo-payaso, cada color contiene un sueño que en su conjunto crea un mundo. No es una realidad simple, no se queda en la textura exterior, viaja hacia el interior de sí misma creando una reliadad completa de reflexión en la imagen, dotando al símbolo (aparentemente sencillo) de dimensiones complejas.

Cuando alguien no duerme, no sueña.
Cuando eso ocurre llega la locura.
Cuando llega la locura se crea un mundo nuevo.
El mundo insomne de Gerardo Vargas se contiene a sí mismo, sólo para los otros.

Insomnio de Gerardo Vargas


Insomnio de Gerardo Vargas (DF, 1971) se conforma por once gráficas que dan cuenta no sólo de la madurez en su lenguaje y su manejo técnico, sino sus vivencias y búsquedas como ser humano y artista plástico.
Hace más de diez años comenzó su camino por el grabado, tomando la serigrafía como lenguaje, una técnica poco utilizada por lo laborioso del proceso; sin embargo, y eso me consta, estas horas de planeación, revelado, impresión, son parte de la reflexión que queda plasmada en la obra.
Siempre pendiente de los engranajes internos (propios y de su entorno), Gerardo Vargas usa símbolos para hablar de sí mismo. En Insomnio explora al payaso, al clown, como una alteridad sugerente, pues todo clown parte de los errores y potencialidades de cada uno. De manera que para poder hacer reír a los demás el clown debe hacer un profundo análisis de sí mismo y trabajar con aquello que más le gusta o duele de su ser.
Así, la propia personalidad se potencía para mostrarse como Otro hacia los Otros. No es un Otro ajeno, sino un sí mismo potenciado. Así es como Gerardo nos muestra sus reflexiones y paisajes interiores en Insomnios, la profunda soledad de la madurez, la búsqueda de sí mismo y la constante atención al mecanismo de las cosas.
En el mundo de este artistas plástico el viaje de la vida es la reflexión base, nada está inmóvil, incluso el encierro tiene posibilidades. Además, las cosas más rudas en sus adentros son cálidas y vitales, como es el caso de los aviones o los autos; pues parece que se sobreponen dos realidades opuestas: la del mundo contemporáneo y el vínculo personal con la naturaleza.
Su estancia solitaria en una cañada cercana a Xico cambió su personalidad. Maduro y reflexivo ahora nos muestra el interior de sus sueños, los entramados internos que atisba en lo Otro que le rodea.
Por ello, acercarse a la obra gráfica de Gerardo es acercarse a la honestidad de un creador, que en su trabajo mostrar tanto los procesos como un mundo donde todo es solo y, a la vez, se entrama en sí mismo para los otros.
Bienvenidos al mundo insomne de Gerardo, donde lo inorgánico contiene la calidez de la vida, mientras el Yo se vuelve todas las miradas, los Otros.

3/19/2006

chamoyadas y diablitos invaden mi corazón

GLOSARIO:
las chamoyadas: frappé de salsa de chamoy, limón, chile en polvo y otros acidulantes.

Le gustan las chamoyadas tanto como los besos en la nuca a las 4:15 de la madrugada.
Sus besos helados y picantes son hielo infernal el que nos une.
Su ombligo es bikini perdido entre las olas de su playa.
Cuando ríe brotan gaviotas de entre sus dientes.
Cuando grita y se enfada es inmesa la calma nostálgica de la puesta de sol.
Cuando duerme sus aguas son espesura negra, línea blanca de espuma, cálida frialdad susurrante.
Su amor deja seca la boca, escoreada el alma, húmeda memoria de asir quedo sus caderas quietas.

3/18/2006

re descubro que soy el que no nació para esto
amable y sonriente vivo en tetrabrick
he desarrollado la posibilidad de luxar mis huesos para caber en una caja
lo aprendí de una pequeña chica cuyos padres le ensayaron a desarrollar dicha técnica

Historia de la chica que aprendió en la infancia a dislocar sus huesos para caber en una caja de zapatos del número 4.
Nació un 3 de marzo de 1983. Nació en un circo, de padre contorcionista (demasiado joven, 16 años) y madre trapecista de 33 años). Desde muy pequeña descubrieron que padecía la hiperflexibilidad de su padre y tenía los huesos cortos y estéticos de su madre. Durante dos horas diarias entrenaron sus huesos para la dislocación, lo hacían amarrándola como una pelota. La niña aprendió "sola" y cuando fue una adolescente hermosa compartía con sus amantes casuales (generalmente los tomaba por las noches, luego de sus funciones) aquellos dones. Se hacía un ovillo cuando no estaba a gusto, se estiraba al extremo cuando los labios eran de su agrado.
COnmigo ocurrió otra cosa, compartió sus secretos, pero la dislocación de mis huesos fue dura, dolorosa... era demasiado viejo para eso.

3/08/2006

Ixtapalapa, DF. Una lona rosada junto a un mercado, a la salida de una enorme unidad habitacional. Los payasos comienzan a pintarse a las 11:00 am, luego los zanqueros se preparan. El Trapos armó su fiesta, el Hugo le echó la mano mientras echa el choro de Radio Piojito.
Unos suben al estrado, otros bajan, la fiesta está por comenzar...
Olvidé la máscara junto al celular. No pude leer el mensaje, fue hasta que atacó a traición el malvado Sr.Sexoso. Supe tarde que esa noche no debía subirme al ring.
La primera caída me la regaló, fue limpia. La gené por habilidad y fuerza. La M de El Mismísimo fue aclamada en toda la arena.
Pero Sr. Sexoso atacó a traición, tomándome de la máscara, rasgándola como un trapo viejo. Perdí la prudencia y me aventé con todo sobre él, mente fría y calculadora tomó la ventaja completa. Ni siquiera fue llaveo, casi me noqueó con un lance de tope desde la tercera cuerda. Me sigue doliendo la cabeza...
La tercera, de esa ni siquiera deseo hablar. Lo bueno es que la máscara nueva está intacta, junto al celular y la advertencia de mis amigos que el archirrival Sr. Sexoso tomaría ventaja de cualquier modo.
Espero paciente el siguiente encuentro en el encordado, viene el máscara vrs. cabellera.

3/07/2006

impasse

Mi dragón me cuida, mi dragón mantiene alejado el mal de mi castillo, mi dragón es pequeño físicamente pero en el corazón guarda el fuego eterno que destruye y construye lo que toca, mi dragón llegó en una pecera junto a un dragón falso, mi dragón está soñando todo el tiempo mientras exige con gruñidos de ave más comida a cambio de sus cuidados.
Mi dragón no pide nada a cambio de sus servicios, mi dragón sólo me puede cuidar a mí y a mi casa, es una pena que sus lánguidas llamaradas no alcancen para cuidar a toda la gente que amo, amé, amaré y estoy amando (hube amado, habría amado, habería [avería] amado). Mi dragón no está de luto, pero mi ánimo sí. El tiempo de luto es sólo espacio para moverse de nuevo, re armar las naves para soltar bien las amarras y nunca volver al mismo puerto, porque cómo cambia todo (incluídos los dragones) luego del viaje, a la vuelta a nuestras propias Ítacas.

3/02/2006

calavera


Esa es mi calavera. La mera mía. Me sorprenden mis huesos largos, las cavidades oculares muy grandes para los ojos tan pequeños, me sorprende que no haya lío en cavidad nasal, ni tampoco en la parte izquierda donde me acabo de dar tremendo chilacayotazo por no cuidarme al treparme por vez primera en los zancos... me sorprende que el atontamiento que dura hasta ahora no se vea. Sin duda el cráneo es un casco hermoso y duro.
Me ha dicho la doctora Z. que el cuello hubiera podido lastimarse y al no haberlo hecho es signo de la cosa va para bien.
De pronto la noche me tomó temeroso: no dormir, no esforzar la vista, no ver televisión, moverse lo menos posible. Y saber que quizá, al dormir, no hay despertar.
Y así fue. Definitivamente algo murió. El segundo sueño (ese de me levanto a las 8 y me regreso a dormir otro ratito) no fue el de siempre. Cotidianamente aparecía la misma situación, un retorno a los mismos esquemas, un volver nuevamente a estar en la misma dinámica y ahora: una casa abandonada llena de cucarachas de la cual yo salía, la banda que me acompañaba se quedaba buscando algo, yo sentía que no debía quedarme ahí y los invitaba a salir. No, nadie me hacía caso, sólo una chica que cargaba un bebé.

Se acabo ese constante segundo sueño.
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Cuando llegué de visita a casa de Cati me dijo que dos cuates de una amiga estaría ahí: banda tijuana... cotorreamos con Omar Pimienta y Lorena, entre la noche resultó que Lorena editaba mi columna Globali Ranch en el Semanario Viernes de Rosarito... El miércoles, saliendo del banco ambos estaban en la esquina del centro de Puebla. Saludos, sonrisas, extrañezas y no, los viajes son así de extraños, viajar y viajarse todo el tiempo nos da estas aparentes coincidencias que no son más se consecuencias de andar veredas del mismo tipo, silvando canciones del mismo género en latitudes diferentes.
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3/01/2006

la chica que gusta de las historias

Conocí a una chica que le gustan las historias, tal es su pasión que me ha invitado a escribir una juntos.
Yo caminaba en el frío invierno, sintiéndo que la calidez era un sueño nomás y no un posible. Hastío y cansancio eran los adjetivos que dejaba cada uno de mis pies a su paso. De pronto, una letra cayó de repente, un saludo, una risa en letras en una pantallita con nombre de aeda (como el suyo).
Entonces propuse un personaje y ella otro, los adjetivos y sustantivos comenzaron a hacer una carrera loca... pasaron los días, se volvieron semanas, meses y la historia apenas va llegando a su primer nudo, al punto donde continúa o se transforma en una de esas recurrentes historias de fracasos, tan comunes al siglo XX.
De hecho, toda la gente con la que me he ido topando es adicta de una u otra forma a las historias. Sólo que no cualquiera se atreve a permitirse hacer una contigo, quizá un poema breve, quizá borrones de anécdota ebria, quizá tardes de risas y juegos, pero no una historia con la calma pastosa de un escritor comprometido con el lenguaje, uno de esos cada vez más escazos comprometidos con crear mundos y no sólo anécdotas vendibles y recurrentes.
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De pronto llegas a ver a un amigo y resulta que están otros de muy lejos, resulta que uno de ellos fue tu editor en su región cuando hacías esa columna pretensiosa de que saldrán pronto algunos cuentos en tu libro.
De pronto el nervio de dar por primera vez una función en la calle se vuelve adrenalina y reúnes todo para ser el mejor telonero el payaso Trapos, héroe de la función. Entonces sales con la frente arriba, la calidez del rudo público de Ixtapalapa y la promesa de Coyoacán para la próxima.
Je!
Qué belleza se halla en el camino cuando se camina, así que no paremos por ahora...