3/15/2015

¿Vivir o escribir?

Si escribes, para hacerlo bien, para consolidar una voz maestra o tener pleno manejo de estructuras, maneras y formas la única manera de lograrlo es haciéndolo una y otra vez. Me parecen tan absurdos quienes creen que "ya escribieron", ya dieron su obra a la humanidad", porque la única maestría en cualquier quehacer se logra con base en horas y horas de labor. Se habla de grande escritores que dieron al mundo un par de libros de su autoría, justo es ese el punto: "de su autoría". Fueron y son grandes traductores, geniales editores o, al menos, lectores voraces de la literatura que conforma su tradición.
El punto ahora, para mí es ¿si dedico mis escasos tiempos "libres" a leer más cuentos, a jugar con mi hija, a "disfrutar de mi familia" o me encierro sin internet a darle al mundo un cuento, un poemario, una novela, un libro de crónicas, ensayos... O atiendo la invitación de un amigo o amiga para ir a contarle cuentos a 5o, 100 o 500 chicos?
Amo escribir tanto como contar en vivo, sólo hay una pequeñísima diferencia en los procesos. Contar historias es estar en ese momento creando en la gente un imaginario nuevo, ante mínimo 10, máximo dos o tres mil (con la tecnología adecuada: micrófonos, pantallas, cámaras), en cambio escribir un libro es un acto solitario, al cual vuelves una y otra vez hasta que tienes el texto terminado. Después de eso viene el editor, los meses de espera, la posibilidad y la mucha imposibilidad de que ese texto esté impreso en 500 a mil ejemplares, con mucha suerte unos 3 mil.
Y de esos ejemplares sólo una parte pequeñísima será vendida, de la cual una parte minúscula será leída. Entonces, ¿cuál es el sentido de la escritura en la sociedad moderna?
Por ahora, voy y vengo por mundos compartiéndolos en escena, haciendo reír y pensar a la gente, a niños y adultos por igual. Y deseo con todo mi ser escribir en el aire, en la red (como ahora mismo) y en los libros. Pese a que a ninguna editorial le interesa un escritor nuevo, de rasgos indígenas, con ideas diversas yo seguiré escribiendo, pero no para ellos, no para los señores del dinero editorial, sino para ti que ahora mismo me lees.