¿Sabía usted que la población total de Japón es aproximadamente la mitad que la de Estados Unidos, ocupando un territorio de la mitad del estado de California?
¿Sabía usted que España tiene 40 millones habitantes, menos que el Distrito Federal?
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Román es amigo de Carlos, quien conoce a casi todos los músicos de la ciudad; Carlos presenta a Luciano con Román y esa misma noche terminan la borrachera en la casa de la exnovia de Román. Entrada la mañana llega Willi, el hermano gay de Luci, con un amigo casual: Toño, quien es barman en un negocio que habre hasta el amanecer, va por más cervezas mientras Luci se queda dormida. Cuando Toño regresa Román está vomitando en el balcón, mientras Carlos golpea el aparato de sonido para que toque un CD y, tranquilamente, Willi lía un cigarro de marihuana.
Al ir al baño, Luci no alcanza a distinguir quién es quién sobre la alfombra, pues los cuatro se durmieron apilados. Descubre que será el tercer día sin ir a la escuela, el reloj marca las 3 de la tarde y siente hambre.
Intenta despertar a Willi y descubre en sus brazos las quemaduras. A Luci le gustaría que no le importara, realmente quisiera no sentirse lastimada al ver las profundas quemaduras que se hacía su hermano con el cigarrillo; pero él duerme profundamente, entonces toma su cartera y sale a la tienda.
Regresa con tres sopas instantáneas, una coca de 2 litros, dos sobres de café soluble, galletas, pastelitos y chicles. Entra al departamento y ve despertar a Román. Le pide que no se vaya, que coma algo con ella. Desde que llegó a X. no le gusta comer sola, por eso muchas veces le paga la comida a otra persona. Cuando llegó su hermano pensó que eso cambiaría, pero no, descubrió que esa bola en el pecho que se le seguía formando al terminar de comer sobre la barrita del departamento.
Willi despertó muy inquieto, mentado madres y gritando. Al ver la hora se metió al baño y salió de la casa abotonándose todavía la camisa morada. Eran casi las cinco cuando tomaban café sobre la barra: Luciano, Román, Toño; todos atentos a las historias que les iba contando Luci.
Toño y Román se fueron antes de que anocheciera, pero Luciano se quedó un rato más. A solas con Luci le preguntó si quería fumar coca, a ella le entusiasmó mucho, nunca se hubiera imaginado que alguien dejara sobrevivir cocaína en una noche de esas. Antes de las 10 de la noche, los envases de cerveza estaban llenos en el refrigerador.

conéctame
no existo
no tengo apellido
no tengo amigos
no existe nadie que apueste un céntimo por esto
encima, estudié en universidad pública
conéctame
he abandonado el mundo a cambio de mí
y no puedo pagar el precio
ni la renta, ni el teléfono, ni la luz, ni el internet
la soledad trae consigo el desonecte
conéctame
por favor... www.chambanet.com.mx
¿acaso seré de los 8 en hacer entrevista?
O, quizá, del 20% de quienes consiguen chamba...
��Como lo vi en televisi�n!!
Desempleo = oportunidad de vivir mejor.

Mi bisabuela materna fue nieta de un español cacique que tenía más de 10 mujeres dentro de su hacienda, su madre fue hija de una de ellas.
Se llamaba Caritina Callejas, mamá Cari. Nació en San Pablo, abajo de Naolinco. Vivió ahí hasta que dejó a su marido.
De niña, mientras jugaba en los huertos donde también trabajaba, se rompió la nariz contra una piedra, su familia le decía: La Chata.
Desde los 8 años entró como "destinada" en la casa de unos "riquillos". Ella se encargaba de limpiar, hacer de comer, cuidar a los niños, lo poco que le pagaban a la semana lo ocupaba su madre para mantener a su hermanos menores (Constancio, Amelia, Nacho y otros).
Un día de pago, Cari quería unos huaraches, pues los que traía se habían roto; su madre se negó, discutieron y se acercó un tipo y le dijo: "Cari, yo te compró los huaraches, pero te vienes conmigo". Enojada, mi bisabuela accedió...

NOSFERATU
de Ramón Rodríguez

Deja que deje claro que te amo
mas no dejes huir la luz de junio
una por una toma mis vocales
y has con tu magia un collar de diamantes
destinado a días para guardar

ay de mí bien lo sé no soy tu amante
no me llamas tristán ni seré amado
pero sangrante llegaré a tus tinieblas
a tomar malherido y victorioso
la sorprendida forma de tu miedo.

Aquella mañana, mientras la televisión mostraba cómo las tropas de la Alianza derribaban la estatua del dictador, despertabas de un sueño tan intenso que no recordabas mucho del día anterior, lo primero que pensaste fue en el cambio del mundo, la reestructuración de las economías y cómo eso afectaría a tu país, a tu empleo, a tu estabilidad económica, la cual ahora resultaba inservible... Poco a poco fuiste cayendo en la cuenta... Pisando colillas, evadiendo vasos desechables, llegas apurado al baño, antes de irte al trabajo deberás preparar tu desayuno.

En la foto que un periodista del Distrito Federal (capital del pa�s mexicano) tom� a principios del siglo XX a Pancho Villa, libertador del norte, y a Emiliano Zapata, l�der ideol�gico del sur, las dos figuras m�s representativas de la Revoluci�n, en un conocido restaurante, pueden verse en el rostro de Zapata peque�as manchas que algunos investigadores han atribuido al Sarcoma de Kaposi.
Por ello cabe suponer relaciones estrechas entre el l�der campesino y hombres mayores italianos y/o judios. Ya que antes de la epidemia del SIDA, el sarcoma de Kaposi se presentaba principalmente en dichos grupos, en quienes se desarrollaba lentamente. Si bien no tenemos noticias de brotes de SIDA durante la revoluci�n, s� existen estudios confiables sobre la necesidad sexual de los revolucionarios, quienes consideraban a la homosexualidad pasiva una forma alternativa de coito en ausencia de las mujeres.

http://www.fatalespejo.com.mx/minificciones.html
Una menci�n siempre es grata, aunque claro, pensar en los libros que pude haber ganado me pone nost�lgico.... je. Rico asunto el de Fatal Espejo, sin duda no se est� tan s�lo detr�s de un monitor regalando �graf�as? �unos y ceros codificados que dan la im�gen virtual de una graf�a? Ojal� literatura.

Hoy conoc� el zool�gico mec�nico, un espect�culo franc�s donde la imaginaci�n permite crear un mundo de animales dentro de viejos refrigeradores: "La M�nagerie M�canique".
La aprente sencillez del espect�culo es fruto de un largo trabajo, fue notorio que los gu�as se sab�an sus di�logos en espa�ol de memoria, entendiendo poco, pero sacando mucho jugo de cada parlamento. En d�as como estos es dif�cil reir, pensar en la imaginaci�n y el optimismo, los franceces golpeados por guerras, sabedores de los desencantos de la modernidad ya tienen tiempo (al fin primer mundo) de preocuparse por el esp�ritu. M�xico, mi doloroso pa�s, alg�n d�a podr� darse ese lujo, me gustar�a verlo.

La casa de G. es retrato de los 70, desde los rosetones de mamposter�a hasta un nueble de madera con la vajilla y recuerdos. Sus padres cumplieron 30 a�os de casados y T., la novia de G., se encarg� de poner adornos con globos que ten�an un n�mero 30, adem�s de comprarles sus botones a los futuros suegros. Chico, el hermano obviamente menor de G., tiene una banda de punk, se emociona al contarlo, puede verse en sus ojos. Ambiente familiar en departamento estilo "M�xico", dos plantas en una especie de privada. La cena estuvo sabrosa, aunque para Thelma demasiado grasosa: spaguetti horneado, lomo de cerdo, pure de pap�s, luego gelatina de zanahoria y pastel.
La charla posterior fue sencilla, desde m�sica hasta caricaturas, pasando en momentos por el show bissnes de ciertas bandas. G. es un tipo muy alivianado, la visi�n del mundo que proyecta es bastante correcta, te da confianza con mucha facilidad. Hablamos de Bellatin, de los mitos que circulan alrededor de la ausencia de su mano, del garfio y sus aficiones. Luego, recordar fases pasadas, hablar de las mitolog�as poblanas, los c�rculos literaletrosos del ranchote... No le va mal, el a�o pasado estuvo en Alemania, este a�o se compr� un coche y no dudo que en breve consiga una casa. Vive en el DF, es carnalito de much�sima banda, pasando por los lugares comunes chilangos como Fadanelli.
Hoy me reenvi� la convocatoria de un certamen para una antolog�a en cierta editorial que me recuerda un insulto que me propinaron en la vacalactica: "este muchachito Mart�n Corona, cuya escritura recuerda a los m�s apestosos momentos de la colecci�n El Volador". Me doli�.
Ahora re pensar en el cuento por enviar, determinar qu� de lo existente vale la pena y qu� de lo posteado por aqu� podr�a funcionar como arranque, creo que el reto de hacer un cuento que valga la pena en escaza una semana, a la vez que se preparan documentos para pedir chiqui becas, es poco m�s que interesante.
Ahora vivo, no m�s llamadas en cualquier momento exigiendo mi presencia en... el culo del mundo. No m�s reclamos. No m�s contra nadie, s�lo contra m�mismo. Por el momento hace falta un ba�o, salir corriendo al ensayo de Anatol, luego estudiar Katakana que no acaba de entrar en mi cabeza y, luego del par de horas en clase de Obba Yukari San, volver a casa, cenar algo ligero y clavarse, sambullirse hasta el fondo de SPAM, de una vez por todas.