2/26/2004

VALORES



Ella habitaba un mundo convertido en polvorín. Acabada la guerra anterior, a inicio de una nueva que ella encabezaría, el campo de batalla era peligroso a cada tramo. No había pedazo de suelo sin minas explosivas, toda el agua estaba envenenada por la radiación de bombas y armas. Encima, la pestilencia de los cadáveres era tal que debía usar mascarilla para tomar un poco de oxígeno.
Sin embargo, era necesario hacer la siguiente guerra.
Combatir a los causantes de la muerte, arrazar con ellos.
Mientras ella trabaja sumida en un escritorio, entró el líder de los hombres malvados, quienes ganaron la guerra anterior porque lograron hacer sobrevivir su capital y robar el del contrario (aunque sus bajas fueron mucho mayores).
– Quiero que vuelvas a administrar mi negocio. Mientras tanto, X se suma a nuestros esfuerzos por sacar adelante la empresa.
Callada, sabía lo importante que era dar un paso silente hacia la nueva batalla. Espectante, dejaba entrever su molestia poniendo pequeñas trabas en lo administrativo, dejando perder algunas facturas que imposibilitaban la cruadratura final de la suma.
Sonreía sin intuir lo efímero de sus logros.

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