Sin embargo, me pega durísimo una nota de prensa que leo en Facebook:
Muere La Negra Graciana, sí esa mujer que en discos CoraSon vendía a montones y que dio la vuelta al mundo con su arpa, lo mismo que andaba tocando en el malecón. Y, dicen sus familiares murió sin su homenaje, sin reconocimiento ni apoyos.
A los 74 años de problemas pulmonares y trabajando en las calles. Es hermosa la estampa pero atroz la realidad, es terrible pensar que una mujer dedicada a la música popular no sea reconocida, apoyada. Porque gracias a gente como ella la música de la región gana adeptos, gracias a gente como ella las grandes empresas pueden crear fenómenos mainstream con los jóvenes, manipulables y necesitados de atención, porque podemos homenajear a un académico que impacta acaso a una centena de alumnos al año, pero no a una de nuestros juglares actuales.
Quizá su andar o hablar no eran correctos para las aspiraciones occidentales de los burócratas de la cultura.
Quizá nunca se dejó ayudar porque tenía sus ideas e ideales tan distintos a la parsimonia y anti funcionalidad de la institución.
Quizá...
Lo cierto es que ya no está más y nadie llenará su sitio, porque la tradición ahora se vive y se toca en escenarios y a costos muy altos, porque la rueda de los tiempos dice que lo popular se vuelve lo coolto y quizá lo siguiente sea la inminente desacralización de la academia, el desinterés por invertir en pequeñísimos grupos que ya no detentan poder alguno.
Mañana presentaré un libro, un cortometraje y un espectáculo de circo en la feria del libro de Xalapa, me resulta tan extraño, porque yo no fui a otros países tocando y cantando la música popular de mi tierra, tengo la mitad de la edad de La Negra y siento extraño, muy extraño.
Pero al igual que ella quiero regalar mi trabajo, quiero hacerlo por el gusto y compartirlo con la gente. Por eso les pedí permiso en la feria para regalar cuentos los últimos días y espero llevarles también un poquito de esta reflexión. Si bien los creadores no hacemos esto por dinero, no estaría nada mal que quienes ganan dinero directa o indirectamente con nuestro hacer, fuesen un poco recíprocos.
A mi me va muy bien, me doy el lujo de regalar mi trabajo. Es lamentable que no a todos, que no siempre.
Gracias Negrita por tu sentir y tu música y tu andar y tu ser, no fuiste un músico tradicional nomás sino una tradición viva, el puente generacional que hace vivir una forma de ver el mundo.
GRACIAS
http://www.eluniversal.com.mx/estados/2013/muere-cantante-pionera-del-son-jarocho-939124.html