El peligro de los libros infantiles
La moda de las últimas décadas es pensar que toda lectura es mejor que lo dicho, que lo visto en tele e incluso mejor que lo posteado en estos muros. Nada más absurdo y tonto, hemos llegado al punto de creer que todo libro es bueno sólo por serlo.
Los libros son vehículos de ideologías, hay libros fascistas, libros destructivos y otros sumamente propositivos y positivos.
Nadie se pregunta quién y por qué se edita tal o cual título. Y me temo que a menudo ni siquiera los autores e ilustradores somos conscientes de la importancia que tiene poner: ideas, sueños, estructuras y mundo, en los cachorros de la especie. Escucho con cierto horror a escritores que dicen: "sólo quiero contar una historia", pues si es esa su finalidad última que lo hagan en la tele o en espectáculos de narración oral, seguro llegan a más personas.
Cada momento histórico ensalza y rechaza valores e ideas, sin duda el libro infantil permite ver con cierta facilidad el diseño ideológico (consciente o no) de esta cultura.
Celebro que existan libros
Celebro que Andersen escribiera piezas maravillosas (algunas sin vigencia y que sostienen valores que hoy son vicios anacrónicos)
Celebro también que seamos cada vez más conscientes de aquellas ideas, estructuras y pensamientos que ponemos en la mente de nuestros niños.
Los libros son vehículos de ideologías, hay libros fascistas, libros destructivos y otros sumamente propositivos y positivos.
Nadie se pregunta quién y por qué se edita tal o cual título. Y me temo que a menudo ni siquiera los autores e ilustradores somos conscientes de la importancia que tiene poner: ideas, sueños, estructuras y mundo, en los cachorros de la especie. Escucho con cierto horror a escritores que dicen: "sólo quiero contar una historia", pues si es esa su finalidad última que lo hagan en la tele o en espectáculos de narración oral, seguro llegan a más personas.
Cada momento histórico ensalza y rechaza valores e ideas, sin duda el libro infantil permite ver con cierta facilidad el diseño ideológico (consciente o no) de esta cultura.
Celebro que existan libros
Celebro que Andersen escribiera piezas maravillosas (algunas sin vigencia y que sostienen valores que hoy son vicios anacrónicos)
Celebro también que seamos cada vez más conscientes de aquellas ideas, estructuras y pensamientos que ponemos en la mente de nuestros niños.
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