La visita al DF un �xito, con contratiempos deliciosos como que la estaci�n del metro donde nos citamos con el locombiano Luis Ricardo estaba cerrada por un paro laboral. Entonces, adem�s de que llegamos tarde, tuvimos que buscar al buen LR en la internet, cambiar el lugar de la cita y charlar un buen trecho, se entregaron los papeles y listo.
Luego fuimos a Ghandi Quevedo, Thelma compro La paradoja del comediante y dos revista de teatro de Edgar Ceballos, algo bien interesante sobre Grotowski. Yo compre uno de Lem que no he le�do y la trilog�a de la soledad de Juan Jos� Mill�s y ella me regal� Fantasmas de C�sar Aira. Reci�n termine M�sica para camaleones le entro con ganas a C�sar Aira, me debo tres libros suyos.
Luego fuismos a la roma a cotorrear con Fran Ilich y Cyndi, lindos carnalitos, buena charla pero mejor discuci�n.
A la noche segu� leyendo, la cotidianidad sana ciertas heridas del caos de vivir y resuerge el grito de lo simple, per constante. Es curioso, no importa a que te dedicques, mientras tengas tu coraz�n ahi (aunque el ego sea su contenedor), todo ir� de maravilla.
8/09/2002
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