La muerte como final.
Lo definitivo de ciertas cosas,
quizá la muerte como la única cosa definitiva en la vida.
La única certeza es que el show terminará en algún punto...
Mientras tanto nuestras historias se van abriendo por momentos, retomando, alargando, surgiendo y re surgiendo... mientras tanto vamos por el mundo inventando finales que no son más que puntos suspensivos, ya que tarde o temprano enfretaremos de nuevo las miradas.
El domingo fui con mi padre a visitar a un hombre que fue atrozmente atropellado: cinco hijos y una esposa a días de tener al sexto. El hombre perdió un brazo, lastimado un pulmón. Los caminones que lo atropellaron jugaban carreritas y no vieron su bicicleta... Buscábamos su casa, donde los 4 hijos pequeños eran cuidados por la mayor, una chica de 11 años.
De camino, una mujer mayor iba cargando flores. Me pidió el viejo que bajara un poco la velocidad y murmuró turbado un nombre: Estela.
No me detuve, pero casi.
Mi padre se tomó unos segundos para aclarar.
"Esa mujer fue novia de tu tío Víctor... uno se da cuenta de lo viejo hasta que ve cómo pasa el tiempo en los demás".
Mi padre sonrió.
Seguí conduciendo.
La situación de aquel hombre, luego de 13 días de rehacer su caja toráxica es "estable". Habló y mi padre dice que en cuanto pueda hablar con él le dirá:
"no quisiste dejar viuda joven".
11/26/2007
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1 comentario:
Muy buen relato. Me he permitido postearlo al facebook. Más bien si tienes más para difundirlos.
Felicitaciones...
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