El mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Inés Bombara narra el cuento y yo hago los fuegos, porque quiero a María Inés y porque ella vino de Argentina con Oskar Gay, María Laura LALA Vazquez y con Inés Martino a contar nomás.
Más de un año que soñamos con hacerlo así y tuvimos que no hacerlo en Puerto Madryn, que esperar unos meses y el día que segun dormiríamos les invité a una contada en un campamento en Jalcomulco... entonces llegamos y la contada no era como siempre, sino al final de una larga caminata. Los visitantes hicieron la caminata y los 4 esperamos en la mitad de la noche una hora a que volvieran y así nomás el grupo Texturas hizo en mitad del monte, en Jalcomulco su primera contada como grupo.
En breve subiremos el video que tomó Lala con la cámara de OsKar... en breve seguiremos haciendo esto que amamos y que compartimos porque para eso se hizo y para eso lo hacemos.
2/25/2009
2/12/2009
los simple es divertido
Hacer malabares, ejercitar y mover las dos partes del cerebro y moverse.
Hace poco me dijo claramente Alfonso de la atrofia de los escritores. "Sería imposible para mí hacer eso...", se refería a los malabares en la feria, con Los Jugos Dividendos tocando equilibrio y Rafa Campos invitándonos a jugar con él, de cierta divertida manera. Y no sé, pero el cerebro y la parte intelectual tienen una razón y es válida, pero es una nomás.
Y tampoco hacerse el desarraigado y ponerse a jugar nomás con la cabeza llena de humo me parece una respuesta. Entonces darse a la tarea de caminar los posibles es la risa y alegre manera de transitar en los posibles.
Todo es parte sólo de un ciclo que sube, baja, vuelve y nuevamente se juega.
Y en esos posibles elegir de pronto uno o dos o tres y luego, nada. Luego simplemente dejar que pase ese y se vuelva otro o no, o tomarlos todos y lanzarlos al aire y jugar entre ellos a que caen y suben y vuelven siempre. Pero nunca son los mismos, nunca es igual.
Durante años soé con la tienda de Cabeza de Martillo, con las decenas de clavas y aros y pelotas y un pequeño negocio, un segudo piso de madera alberga sueños y risas en objetos milenarios.
Y es que lo importante es simple y lo simple es divertido.
Y entonces uno dice GRACIAS cuando le abren la puerta y puede ver a los ojos a los pequeños y a los grandes vendiendo sueños pesados en vásculas milimétricas.
Gracias a cada una de tantas personas que representan posibles impensables, imposibles para ti que me lees en la oficina, en tu casa luego de amargarte la vida en el trabajo, pero posible para ti que pese a todo eso buscas y si sigues buscando... hallarás.
Hace poco me dijo claramente Alfonso de la atrofia de los escritores. "Sería imposible para mí hacer eso...", se refería a los malabares en la feria, con Los Jugos Dividendos tocando equilibrio y Rafa Campos invitándonos a jugar con él, de cierta divertida manera. Y no sé, pero el cerebro y la parte intelectual tienen una razón y es válida, pero es una nomás.
Y tampoco hacerse el desarraigado y ponerse a jugar nomás con la cabeza llena de humo me parece una respuesta. Entonces darse a la tarea de caminar los posibles es la risa y alegre manera de transitar en los posibles.
Todo es parte sólo de un ciclo que sube, baja, vuelve y nuevamente se juega.
Y en esos posibles elegir de pronto uno o dos o tres y luego, nada. Luego simplemente dejar que pase ese y se vuelva otro o no, o tomarlos todos y lanzarlos al aire y jugar entre ellos a que caen y suben y vuelven siempre. Pero nunca son los mismos, nunca es igual.
Durante años soé con la tienda de Cabeza de Martillo, con las decenas de clavas y aros y pelotas y un pequeño negocio, un segudo piso de madera alberga sueños y risas en objetos milenarios.
Y es que lo importante es simple y lo simple es divertido.
Y entonces uno dice GRACIAS cuando le abren la puerta y puede ver a los ojos a los pequeños y a los grandes vendiendo sueños pesados en vásculas milimétricas.
Gracias a cada una de tantas personas que representan posibles impensables, imposibles para ti que me lees en la oficina, en tu casa luego de amargarte la vida en el trabajo, pero posible para ti que pese a todo eso buscas y si sigues buscando... hallarás.
2/04/2009
miradas
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