10/20/2012

Y tú, ¿sabes decidir?


Vivo en otro mundo, lo construyo con decisiones diarias.
Decido en qué creer y en qué no.
Me informo y decido lo que como.
Decido cómo cobro o regalo mi trabajo.
Decido si acumulo, invierto o gasto.
Decido si creo en la ciudad o me regreso a la tierra, viviendo en el campo.
Decido si juego el juego absurdo de todos o busco maneras de generar o validar otros juegos.
Decido si sigo mintiendo por tradición o me permito echar luz y verdad a mi realidad.
Decido estar vivo o ser un zombi.
Decido quedarme en casa a cuidar de mi gente o salir a ganar dinero para pagar a otros que cuidarán de mi gente.
Decido apagar o prender la televisión.
Decido quedarme en Facebook o usar la computadora.
Decido usar la tecnología o ser utilizado por ella.
Decido vivir a plenitud o quedarme dormido.
Decido sentir la vida o ser una hoja al viento.
Decido quedarme en mi empleo quejándome a toda hora o mover desde mi espacio, de a poco, la realidad circundante.
Decido hacer el mundo idea que quiero para mis hijos o seguir en la línea destructiva y heredar cárceles y esclavitud.
Decido ser ignorante o abrirme a los cambios.
Decido caminar o sentarme.
Decido creer en la política y sentir que mi destino está en otras manos.
Decido amar o buscar que me amen.
Decido darle a la humanidad, aportar en el camino breve de la existencia o quedarme encerrado con ideas absurdas de romanticismo egoista.
Decido dejar de creer que un auto, el dinero, un espacio físico, pueden darme felicidad.
Decido darle su valor a cada cosa, dejando atrás la mediación del dinero. Para quien el  máximo valor es el dinero, su ser vale muy poco: se puede comprar.

1 comentario:

El Félitz dijo...

Hace 6 años decidí dejar todo,pareja, dos hijos, un trabajo, salud , esperanza y ni una sola nota en mi instrumento, decidí atender mis dudas, para disminuir un poco mis achaques, en unos meses estaba de regreso, con mas dudas que respuestas, al final, concluí, que la decisión más trascendente de renunciar a todo, fue crucial para entender que puedo tomar decisiones importantes, lo malo es que la decisión de regresar al mismo punto de partida fue una mala decisión y hoy me urge de nuevo tomar decisiones igual de trascendentes,ahora si, sin marcha atrás. Eso aterra. Un abrazo carnal. Gracias por ser.