12/16/2003

LOREN IV




Pero existe en Loren una parte oculta, hasta para lo más "consciente" de su persona. Aquella que la llevó, aparentemente sin pensar, a jugar con el exceso. Una carencia de ese algo indispensable para levantarse sin chistar por las mañanas, un dejo de incertidumbre en cada paso que, para evitarse conflictos interiores, permite que otros vayan llenando. Su desición de crear y firmar su Contrato de Emputecimiento, no es sólo el cumplir una parafilia, sino evitarse el doloroso conflicto de tener que ser ella misma quien tome las desiciones.
Hoy Loren no ha dicho nada de sus excesos, permanece callada, llora el receurdo de Martha y, a cada momento, sabe más de su nulidad.

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