No puedo confiar en alguien que levanta la voz más alla del hecho comunicativo.
Fue mucho el daño y sigue siendo tanto el dolor que ¿causa? mi ausencia-presencia.
Por eso mismo he tomado la desición de no permitirme más nada.
Zarpar, levar anclas y borrar los rastros de aquellas efusiones innecesarias, de aquella muerte que quiso ser vida a fuerza de desperdicios.
El maestro de hoy dijo que la voz para nosotros era como un capital, habría que invertirle y no dilapiladarla.
Gritar innecesariamente, hacerse escuchar a fuerza, imponerse y querer de esa forma tan fuera de lugar no tiene sentido.
Ahora mi vida no tiene sentido.
Pero seguro encontrará algo verdadero dentro de sí misma.
Luego, tendrá más para compartir.
Por hoy, el cuerpo pide descanzo y sueño reconfortante.
besos deseados que vienen de lejos a dar un respiro... se teme en voz baja, se habla con silencios y se sonríe plácidamente, como si la vida corriera a 180 kilómetros por hora en la carretera Hermosillo-Nogales, mientras se tiene una helada caguama en medio de las piernas, enfriándote los huevos.
4 comentarios:
No puedo confiar en alguien que toma té, en alguien que grita, en alguien que se ecxcede, eso es lo que decimos ¿pero quién puede confiar en nosotros? En mí ya nadie puede ¿Y en tí?
Qué rico¡¡¡
Efectivamente nadie.
Al perder la confianza en los demás, en realidad la pierde uno en sí
mismo. De pronto, uno decide dejar de necesitar esa confianza, esa
confirmación.
Leía hace poco al go de Marut Traven, quien pedía destruir todo y
sobre la ruinas de la propia casa rascar, si uno es de esos a quienes
el destino les ser{a revelado, seguramente hallaría un tesoro.
Por otra parte, el camino de la vía nos dice que hay que venerar a los
dioses, pero no poner nuestra confianza en ellos.
Es deliciosa la pregunta, rasposa y dolorosa (más hoy, mucho más hoy).
Sin embargo, certera.
Mientras voy masticando, doy las gracias por la pregunta que es signo
de interrogación a la confianza, una apertura, una posibilidad, una
letra lanzada.
Destruir todo y sobre las ruinas rascar.
Respondes y ya no me puedo callar, empiezo a confiar en que responderás.
Para esto se necesita un porcentaje de ridiculez.
Destruir todo, pero acá en al adentro que supongo tienes (nomás conozco el mío) no siempre queda un muro, una piedra, una ruina en pie?
Jamás será lo mismo aunque se repita.
Creo.
"Jamás será lo mismo aunque se repita". Nada es lo mismo, nunca se moja dos veces un borracho con los mismos meados. Razón tienes, pero entonces esas cosas se externan de otro modo, se enfrentan, se buscan, se lucha por ellas. Pero para llegar a ello, hace falta recorrer un camino de sencillez, de aceptación de las omisiones y, sobre todo, de perdón (a uno mismo antes que nada), y no hablemos ya de propuesta...
Ridiculez, siempre respondo, siempre he enfrentado las cosas, siempre he permitido que todo el mundo sepa donde estoy por si quiere buscarme, pero no, ya veo que a la gente le gusta esconderse para decir lo que siente y piensa. Comienza a arder una creceinte necesidad, comienza a ser necesario nuevamente re comenzar historias, cuando te ha dejado la mano que te sostenía, entonce sí, ¿dónde las risas y la ironía?, ¿dónde esa forma de hacer nada el todo del otro?
(de ardor es mi negra pena).
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