Una pequeña mano circula por la reja de un bus. Araña perdida entre sus propias redes, expectante.
Otra, cercana, trata de asirla. Al principio no se deja, lo permite a medias. Juegan.
Pasiones y entregas. Entregas quincenales cual revista del corazón.
Mano a mano, verdugo o cómnplice... jugamos con nuestras manos, ese juego de las pasiones.
Cuando conocí la pantomima de manos noté que el tema siempre termina por ser el mismo, lo Otro, la búsqueda de complementaridad.
Un titiritero usa sus dos manos para crear una historia, danza de manos, juego casi abstracto con una que otra referencia, pues la mano significa.
Pero tenemos dos manos, pero ambas son y no lo mismo, pero... venga pues, representación del ideal platónico del complemento, benditos milenios de occidente que, dicen, poco a poco caerán.
8/24/2006
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