9/23/2007

Esperanza


Entre Esperanza y Serdán,
me fui a Esperanza.
Me esperaban en Serdán,
me esperaron en Serdán.
No creo que me sigan esperando.
No creo que Esperanza esperara tanto tiempo.
Sólo llegué y quemé cada uno de los cuentos con que me explicaba entonces,
ahora no me explico,
de aquellos cuentos quedan sólo algunos personajes
requemados,
mutilados,
traicionados,
taimados,
alejados...
En Esperanza,
a las faldas del Pico de Orizaba,
hice reir a muchos chicos.
Luego,
regresé.
Pero ya no era el mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A unos minuto, quizá a media hora de Esperanza se encuentra mi población, donde crecí, donde jugué. Lugares pequeños, donde los niños viven su infacia de manera muy distinta, donde, tus cuentos seguro hicieron más que divertirles. ¿Por qué ya no eras el mismo a tu regreso?

Lucía.