5/14/2005

Mirru

Bere:

Te escribo esperando llegues bien a casa y todo marche lindo en tus clases y que ese bocón maquillado, el del enanito, te salga tan freak como el modelo.
Cuando descargué las fotos del taller noté que necesitaba ajustar cuentas con mi gato, así que partiendo del modelo del tuyo, mi títere de mano sería igual a Chori, Cioran, y muy probablemente este asunto se pudiera emparentar con sus aventuras de Xalapa a Hermosillo a Puebla. Y ahora, solo con su dueña, sin mí digamos.
Cuando vi bien la foto del gato anaranjado, sin cola. Recordé a MIRRU, el pequeño gatito sin cola que una mañana llegó muriéndose de hambre y sed a lo que fue mi casa en Hermosillo, sus peleas con Cioran y, finalmente, el cariño que desarrollaron entre sí.
Aunque me dolió mucho recordar cómo, el primer día de Semana Santa, lo tuve que ir a levantar del pavimento, con el craneo abierto por un carro que le había pasado encima.
Recordé su entierro y cómo el desierto me quitó lo mismo que me dio. Porque ya era tiempo de volver cuando murió Mirru.
Te quiero pedir que le llames así a tu títere de mano que, si gustas, omitas la cola y pueda ser un gatito sin cola anaranajado, llamado Mirru, proveniente del desierto caliente de Sonora.
Gracias de antemano por la idea del títere y por permitirme estos recuerdos.

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