5/18/2005

Parásito

¿Quién era el parásito?

Sin duda, durante un lustro pude afirmar sin riesgo que Lo Otro vivía a partir de mi pulsos, conectado a mis emociones y pendiente de cada sesgo con la finalidad de usarlo para su proyección...
Lo Otro estaba pendiente, de igual modo. Su naturaleza confirmó, meses después que sin sus nanorobots como ayuda, no estaría escribiendo en este momento.
Cuando se realizó el implante nadie le dio la importancia que requería. Se hizo con la sospecha del fin del mundo, se hizo como una búsqueda de morir por algo, de preservar una esperanza entre la mezcla de la nanocircuitería plana y tejidos humanos salpicados de papiloma.
Descubrimos ambos que la simbiosis era perfecta en su completa destrucción cuando, desesperado por sus pulsos tomé entero el frasco. La dosis era media píldora diaria (la sustancia era pura y la reacción a una sobredosis era imposible de detener).
Lo hice cuando nuestros implantes estaban distraidos por un émbolo que viajaba por la orta. Tomé más de la mitad del frasco, "unas 30 dosis aproximadamente", fue lo último que escuchamos juntos...
Espero ahora un nuevo implante. No puedo hablar en primera persona del plural más... hasta que mis nanorobots comiencen a crecer en un nuevo tejido, primero me injertarán en la corteza cerebral, lo demás del proceo lo conozco perfectamente.

1 comentario:

Anya dijo...

Todos tuvimos implantes... ahora que recuerdo no se cuantos he sufrido , creo que 4 en toda mi vida ,el último fue hace 2 meses pero fracasó porque no consistía con mi mente y cuerpo...espero comenzar nuevamente, al igual que tu.