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En la fiesta de San Jerónimo, la noche antes del mero día, obtuvimos en el juego de las canicas las alcancías de luchadores. La madrugada nos asaltó entre el baile, las cervezas y el inagotable humo de los amigos. Las máscaras eran de El Santo, Místico y este mío que ni sé quién es. No tienen aún monedas, pero ya son parte esencial de este camino, de estos compartires de humanidad, de este caminar y fluir y amar y entregarse y viajar y no detenerse más que a tomar el impulso necesario para no morir en el intento...
2 comentarios:
Hay hombres que luchan un día. Y son buenos.
Hay los que luchan muchos años. Y son mejores.
Pro hay los que luchan…
Todos los domingos
¡¡¡¡Esos son los chidos!!!!
Chido one mi Martín.
Suerte, y hasta mi próxima vuelta por tu blog.
Mauricio Ruiz “El brazo”
Como siempre saludos de Gina.
Por cierto mi E-mail es azteca_klan@hotmail.com pa’ no perder el contacto.
Hola martín, de nuevo brios por el libro y he navehado en tu blog, interesante, lleno de curiosidades, de enmascarados y spam, un abrazo, pos tu cuata de Tlaxcala.
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