Al despertar me desconcertó el sitio vacío a mi lado. No esperaba que te quedaras a desayunar, claro, pero por lo menos despedida, un beso, una señal. En la mesa de la sala, entre la ceniza y los envases de cerveza, una nota. Usaste la pluma que me robé. Nada en particular.A pedazos voy recordando las confesiones de la madrugada, los llantos, las tristezas y esa necesidad de volar y este no tener alas, este miedo a irse pero esa gran necesidad de no quedarse, esta cómoda calma y el grito a ratitos (cada vez más controlables) que desea salir.
Y al final, recibo un mensaje donde me informas que habrá una marcha, que la evasión fue deliciosa, pero sólo un momento para no pensar de más, un instante nomás.
Ha entrado la AFI a Oaxaca, comienzan nuevas batallas y ahora no hay baluartes, nadie conoce quién el bueno, quién el malo... sólo luchar, sólo el conflicto como eje para no sucumbir en la apatía.
10/01/2006
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