Hacer cuentas de kilómetros y ver de pronto cómo el sur, el norte y el centro de Veracruz en apenas dos semanas o menos y lo que falta... Moverse para no morir en el intento...
En Orizaba, en su centro, hay cosas amables que no cambian. ¿Relojerías? Con esas copias chafas de los chinos, a quién se le ocurre... ¿no?
Y ahora la pequeña Adriana conociendo de cerca el helicóptero del Tío... del Tío... caray olvidé su nombre.
¡UY! Amanecer en La Candelaria, en Tlacotalpan, escuchando el escándalo de La Tarima y los jaraneros y jugando y versando y Ay Dios, ¡qué buena fiesta!
Y luego la UVI en El Espinal y la banda totonaca, bien prendida y amable. Y bueno, ahora esperar para Puebla, seguir, no parar... total, la vida tiene su tarjeta de viajero freceunte y de esos soy.
2/08/2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario