8/08/2009

tres pies tiene mi gato


Entonces con calma vuelve el velo amable y gris.
Entonces se confunde el descanso con el desgano.
Entonces ves con los ojos claros cómo la verdad y las cosas que se deben decir no se dicen, sino que... y yo sonrío.
Tanto cambio y tanta no calma que sonrío y sonrío más sin entender.
Las historias se hacen así.
Yo llego tarde.
Quien me espera me recibe con una sonrisa y nada pasa, dice.
Pero a la vuela dice al jefe directo que no llegué temprano.
Conmigo bien, con el jefe directo bien.
¿Y el trabajo?
¿Y la finalidad para la cual nos reunimos?
Mi gato tiene tres pies.
No hay vuelta de hoja, nada que ocultar.
Para qué buscarle si ya los tiene y yo, sigo llegando tarde.

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