Y me miro a veces un poco enfermo, un poco agripado o con ronchas o algún staphilococus que se pasa de los lagrimales a la garganta o miro el rostro, ya con algunas arrugas, los agujeros que me dejé por no cuidar el acné y cómo algunos se volvieron profundos y otros desaparecieron con los años.
El tubo rodeado de linfas que es nuestro cuerpo se va convirtiendo en una fábrica llena de otros bichos: virus, bacterias, que le permiten al cuerpo ser o dejar de ser. Porque los humanos no somos un ente en sí mismo, sino millones de millones de células que se replican y multiplican para hacer la apariencia de unidad.
Veo la vida nueva y dice Alethia que es tan hermosa (Devika) que hasta huele a nuevo. Y me doy cuenta, al comparar el paso del tiempo en nuestros cuerpos, que es muy simple el asunto, ella aún no convive con tantos otros sistemas de vida que dependen del propio, cada cosa que se chupa le llenará de nuevos bichos, cada alimento que ingiera será determinante en el comportamiento de sus órganos y sus células. Y cada alimento es un nuevo modo de asir el mundo.
Hasta hace unos cien años, los humanos nos alimentábamos con la sabiduría de miles de años, de miles (quizá millones) de generaciones que tras de nosotros habían ya experimentado y logrado una dieta acorde a ciertas necesidades y posibilidades, congruente con los tiempos y maneras de cada región. Pero ahora todo cambió de pronto con el descubrimiento del petróleo, con la explosión demográfica y con el uso del dinero como único valor mundial. Así, ahora nos alimentamos (y alimentamos a nuestros virus, bacterias y demás fauna y flora interior) con sustancias que no entendemos, sin saber nada de las posibilidades ni consecuencias de variar nuestra alimentación.
Así nuestra comunidad interna es trastocada, las reglas de comportamiento de las células no son compatibles con los nuevos "alimentos" y se brincan, se rayan, se desconocen y quizá por ello el cáncer y quizá por ello tantos males nuevos y también quizá por eso mismo los años de vida en las generaciones no han aumentado pese al supuesto progreso.

Sin embargo, algo en todo esto es cierto y lo podemos constatar en nuestro cuerpo cotidianamente, somos una comunidad de diversas manifestaciones de la vida en nuestro cuerpo, somos animales maravillosos que le dan vida a otros (llámense hijos, células, virus, bacterias), capaces de modificar hasta el absurdo los espacios físicos por creer en cosas que nosotros mismos hemos imaginado, hemos creado. Como si los humanos infláramos una burbuja sólo para vivir dentro de ella.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario