La idea era ir a ver la obra para escribir sobre ella para Performance, pero a la mera hora Violeta se retrazó en los preparativos del congreso de Filosofía y arte y luego a cargar bocinas, computadora, detalles que nunca faltan en esos rollos. Sonriente y feliz. Charlar con el hijo de Adolfo, charlar y esperar.
En casa de Violeta estaba (como león enjaulado) Abril que no se llama Abril, sino Amora. Terminó como un gatito feliz retozando en la vida. Cosa adorable estar con la buena gente. Pero antes llegó David, hablamos, Sonia, nos abrazamos... Y que me escapo a media fiesta a ver a la vecina y ¡que la encuentro!
Sus ojos, sus cachetes, su tan su que quisiera fuera un poco mí... al día siquiente fuimos al cine y pensabamos ver algo de acción y que se me ocurre pedir boletos para "Mar adentro". Bendita ocurrencia cuando noté que no tenía nada que ver con mis cortas expectativas. Luego cervezas, luego caminar, hablar, escuchar... y más gente linda.
La fiesta anterior nos duró en baile hasta las 5 am. La del domingo madrugada sólo a las 2:30 am.
Pero conocí El Bordo, el mismo que da título a la novela de Sergio Galindo, re conocí a César que ya se va, a Cati que es un amor de mujer. Y luego cine y luego chelas y luego... aguantar las ganas de salir corriendo a darle gracias al mundo por sacarme de la Jaula de Oro y quitarme al carcelero.
Petite, siempre Petite, siempre ahí y sin estar. Gracias por aquel sueño de la mujer de mi vida. Gracias por seguir la vida.
2/28/2005
días
La fábula del labriego loco
Cuando los primero brotes de los campos aparecieron, todos los campesinos cuidaron de sus sembradíos, pero el labriego loco seguía recolectando semillas y plantándolas en los sitios más exrtaños.
Sin embargo, una fuerte lluvia arrazó con casi todas las siembras, dejando al pueblo en la incertidumbre para el invierno.
Cuando comenzó a escacear la copmida, todos hablaron mal del labriego loco y su desperdicio. Sin embargo, en el momento en que nadie tenía nada que llevarse a la boca el labriego sonriente llegaba con frutos, trigo y algunas verduras. Compartía todo con la comunidad que lo rehazó.
Un día, muy enojado, el jefe del pueblo le preguntó por esta actitud y de dónde venía su comida que, aunque poca, alcanzaba para no morir de hambre.
El labriego loco le dijo: "Si siembras en un surco, tendrás una cocecha; si siembras tu tierra, tendrás un compromiso; pero si siembras el mundo, por lo menos uno de cada veinte granos te darás las gracias con sus flores y frutos".
txt: elmismo.
2/23/2005
miércoles sin ceniza
Wang Lung comienza a ver el fruto de su trabajo y el de su mujer, una buena mujer que le da sus manos y su vientre. La tierra es noble según los tiempos, pero en tiempos donde la nobleza se quita para dar paso a otras cosas, el futuro de Wang Lung es incierto.
Al igual que el protagonista de La Buena Tierra, noto con desconcierto cómo lo que antaño pudieron ser bendiciones y motivos para crecer, hoy se vuelven en vilezas, no es sólo culpar al mundo o descargar nuestras frustaciones sobre algo/alguien, sino darse cabal cuenta que vivimos en un chiquero donde para ser alimentados debemos servilmente dar en completo tributo nuestra humanidad.
*****
Cuando S. me envió por e-mail, no son cierta ironía unos breves fragmentos de Galeano, pensaba en lo lindo que se dice, sin detenerme demasiado en lo verdadero de las frases. VIVO, entiendo, descubro a cada paso.
Al igual que el protagonista de La Buena Tierra, noto con desconcierto cómo lo que antaño pudieron ser bendiciones y motivos para crecer, hoy se vuelven en vilezas, no es sólo culpar al mundo o descargar nuestras frustaciones sobre algo/alguien, sino darse cabal cuenta que vivimos en un chiquero donde para ser alimentados debemos servilmente dar en completo tributo nuestra humanidad.
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Cuando S. me envió por e-mail, no son cierta ironía unos breves fragmentos de Galeano, pensaba en lo lindo que se dice, sin detenerme demasiado en lo verdadero de las frases. VIVO, entiendo, descubro a cada paso.
2/22/2005
RE ENCUENTROS
Conservo aún ese gesto, la sonrisa chueca y preguntona que me interrogaba si estaba en condiciones.
Está aquí en la caja del pecho, atesorada como la piedra del surtidor.
Luego, tu pelo crespo moviéndose alrededor, luego tus manos chocando contra las mías, luego el permitirse el abrazo, luego los chistes malos, luego el no ceder más que la confianza, luego la honestidad del silencio.
Decidí no insistir, quiero esperar. Quiero tiempo para recoger agunos pedazos y barrer otros.
En "La buena tierra", Pearl S. Buck regala una frase linda:
se quedó, pues, acostado y despierto, saboreando, paladeando mental y materialmente el lujo de aquella indolencia.
Está aquí en la caja del pecho, atesorada como la piedra del surtidor.
Luego, tu pelo crespo moviéndose alrededor, luego tus manos chocando contra las mías, luego el permitirse el abrazo, luego los chistes malos, luego el no ceder más que la confianza, luego la honestidad del silencio.
Decidí no insistir, quiero esperar. Quiero tiempo para recoger agunos pedazos y barrer otros.
Nunca nadie volverá a levantar las cosas que he destruido.
En "La buena tierra", Pearl S. Buck regala una frase linda:
se quedó, pues, acostado y despierto, saboreando, paladeando mental y materialmente el lujo de aquella indolencia.
2/06/2005
2/05/2005
YO = OTRO
¿Cuál es la vida correcta? Un eterno secreto (para mí).
Anoche traté de imaginar largo tiempo, con gran esfuerzo, mi no-existencia. La nada subjetiva. Percicbía, por así decirslo, cómo me escabillía de mi cuerpo, pero allí concluía la aventura. Cuando dejo el envoltorio, desaparecer también el contenido; todo acaba. Estoy atado a mi cuerpo de por vida; este lugar común resulta a veces casi inconcebible. Sería un error suponer que mi vida es mía. Pero un error todavía más grave sería abandonarla, estropearla, echarla a perder. Esta vida me ha sido confiada. No pregunto por quién, puesto que conozco la respues y sé, por tanto, que la pregunta está mal planteada; sólo puedo fiarme de mi propia e indiscutible percepción de la responsabilidad (en cuanto única experiencia perceptible). Mantengo una relación de reciprocidad con mi vida. ¿El nombre de esta relación? Servidumbre. Hasta aquí todo bien. Pero, ¿qué partícula de esta vida fragmentada se refiere a sí misma con la palabra "yo"? Imre Kertész
A veces el libro está en la bodega de la librería. Pasan meses sin que se toque, ni siquiera para ponerle una etiqueta o meterlo a una caja. Entre tantos ejemplares no es raro ni difícil que pase esto.
Respiras un poco y lo ves, ahí tirado, como si no tuviera sentido alguno. O como si te esperara para cobrar sentido.
Bastan dos páginas.
Sonríes y descubres –como siempre– que tenía la respuesta más simple al luto de existir (hoy).
Anoche traté de imaginar largo tiempo, con gran esfuerzo, mi no-existencia. La nada subjetiva. Percicbía, por así decirslo, cómo me escabillía de mi cuerpo, pero allí concluía la aventura. Cuando dejo el envoltorio, desaparecer también el contenido; todo acaba. Estoy atado a mi cuerpo de por vida; este lugar común resulta a veces casi inconcebible. Sería un error suponer que mi vida es mía. Pero un error todavía más grave sería abandonarla, estropearla, echarla a perder. Esta vida me ha sido confiada. No pregunto por quién, puesto que conozco la respues y sé, por tanto, que la pregunta está mal planteada; sólo puedo fiarme de mi propia e indiscutible percepción de la responsabilidad (en cuanto única experiencia perceptible). Mantengo una relación de reciprocidad con mi vida. ¿El nombre de esta relación? Servidumbre. Hasta aquí todo bien. Pero, ¿qué partícula de esta vida fragmentada se refiere a sí misma con la palabra "yo"? Imre Kertész
A veces el libro está en la bodega de la librería. Pasan meses sin que se toque, ni siquiera para ponerle una etiqueta o meterlo a una caja. Entre tantos ejemplares no es raro ni difícil que pase esto.
Respiras un poco y lo ves, ahí tirado, como si no tuviera sentido alguno. O como si te esperara para cobrar sentido.
Bastan dos páginas.
Sonríes y descubres –como siempre– que tenía la respuesta más simple al luto de existir (hoy).
2/01/2005
Cotidiana
Ayer entré al baño y, antes de mojarme, mientras esperaba que el agua caliente fluyera, noté que hace menos de 10 años pensaba, era, estaba en un sitio diametralmente opuesto.
Me fue invitable caer en la duda, ¿en un año, en el siguiente ciclo, cómo sería el rito común de abrir la llave del agua caliente?
De pronto me asaltó, inevitable, el sentimiento, el anti-dejavu, de escuchar una risa infantil tras de mis pasos hacia el baño. La amorosa obligación de atender y ser uno otro, uno y otros...
RENUNCIO a estar vivo
RENUNCIO a estar con los demás
RENUNCIO a pensar
PERMITO el juego siniestro de proseguir sin sentido alguno.
Ya no amar más
Sólo amar más-----
curioso caso esto de respirar.
Me fue invitable caer en la duda, ¿en un año, en el siguiente ciclo, cómo sería el rito común de abrir la llave del agua caliente?
De pronto me asaltó, inevitable, el sentimiento, el anti-dejavu, de escuchar una risa infantil tras de mis pasos hacia el baño. La amorosa obligación de atender y ser uno otro, uno y otros...
RENUNCIO a estar vivo
RENUNCIO a estar con los demás
RENUNCIO a pensar
PERMITO el juego siniestro de proseguir sin sentido alguno.
Ya no amar más
Sólo amar más-----
curioso caso esto de respirar.
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