1/11/2008
fe
no ha sido un rayo rosado el que me dio la revelación, ni tampoco el toque divino... bastó echar una mirada a la ventana para verlo, sentirlo y saber que la fe es lo único que puede hacerlo, esa fe ciega en destino incierto
de ciegos infomes, como diría el buen Sábato: "recuperar aquello que de humano hemos perdido".
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