Cuenta la leyenda que esta mujer vio cómo su marido se iba a trabajar en la planta nuclear de Laguna Verde, ubicada junto a Villa Rica, una mañana de abril. Fue de los primeros empleados, cercanos a la instalación del reactor. Cada tres o cuatro días que el hombre regresaba a casa su comportamiento era diferente, cada día más perdido, como fuera de sí. Lo mismo iba ocurriendo con ella, hasta el día en que le avisaron que él no volvería más.
Al principio pensó en un desastre nuclear, pero no. El marido se habìa fugado con una ingeniera al poblado del Farallón, llevándose con él todo su sueldo y la seguridad económica de la pareja.
Ella, en un arrebato, volvióse loca y por todo el pueblo gritaba que ahora comería tierra para no morir. Nadie le creyó hasta que desapareció del pueblo. Días más tarde varios hombres hallaron este árbol y aseguran que es aquella mujer que escarbó un hoyo y enterró medio cuerpo en su afán de comer tierra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario