8/31/2011

La tierra de seres con Ojos Amarillos


Los seres de ojos amarillos vuelven por las noches a sus casas.
Dan su vida para generar una maquinaria absurda.
Los seres de ojos amarillos repiten historias de dominio, de control, de ausencia y dolor todos los días, mientras beben a raudales pócimas que acaban con su voluntad.
Un hombre de ojos amarillos sale de casa muy temprano.
Una mujer de ojos amarillos sale de casa muy temprano.
Los hijos de esos hombres y mujeres salen para que otros hombres y mujeres cuiden que ellos sean atados frente al gran sorbedor de voluntad.
Los hijos de los seres de ojos amarillos no tienen color en la mirada, es el contacto con el gran sorbedor de voluntad el que pone color a sus miradas.
No hay en su mundo otro color para su mirada, no hay otro mundo posible en la realidad de los seres de ojos amarillos, o quizá sí.
Cuentan algunos pocos, es apenas una leyenda al margen de su historia, cuentan que hace miles de años, un pequeño grupo de hombres descubrió cómo ponerle amarillo a todos la mirada, arrancándoles su voluntad hepática con mentiras, con sutiles espíritus en sus comidas, en su agua...
Nadie se pregunta nada en la tierra de los hombres de ojos amarillos, nadie puede ver más allá de lo que sus corazones permite. Nadie, más que los hombres que ven con los dedos, aquellos que miran con sus lenguas y que escuchan con sus pasos...

8/29/2011

Desde Rosario


Estoy en Rosario, camino sus calles frías a ratos, inglesas, un poco polacas e italianas, paraguayas y bolivianas también, por supuesto. Charlo con su gente hermosa y puedo mirarme en las pupilas azules o verdes, cafés y negras. Miro en las pupilas claras esa gana de no dejar de ser, el orgullo argentino de carne y trigo, orgullo que vino a hacer América y no acaba, porque sigue tan en Europa. En las otras miradas, que están casi escondidas por la ciudad, las miradas cafés o negras como las mías, hay prisa, trabajo, camino largo. Unos tan occidentales, otros tan locales y al final todos la misma Argentina. Sí, la misma.
De pronto el parque España, junto al Paraná se llena de skyters, pareciera un programa de MTV o de alguna cadena inglesa de televisión, esto no es América, pero lo es al tiempo. Actuamos como lo que vemos y creemos que somos.
Hace poco platicaba con alguien de las crisis enormes en los países llamados en el pasado primermundistas, me decían que el consumo y la vida han cambiando. Que es sólo un mito, que Nueva York no es la de las películas... pero en realidad nunca lo fue, mi mundo es lo que veo en la tele, lo que absorbo del monitor. Salgo a imitar un esquema que no es real, está encerrado en una pantallita.
Y muero a diario 8 a 12 horas trabajando por sostenerlo, por crearlo. Mi cárcel y mi libertad al tiempo, me quejo de mi trabajo y mi trabajo consiste en hacer más impagable, imposible el mundo. Entonces dejo en el suelo el cigarrillo que encontré tirado en el suelo, sigo caminando y sonriendo.
Le brindo una sonrisa a la anciana medio facha que con su gesto duro da cuenta de su molestia "un negro aquí", parece decir cuando hace como que ignora mi risa y la mirada que le regalo. Veo tantos cortes de cabello tan caros, tan complejos, tan europeos y, a la vez, tan absurdos. Cortarse el pelo aquí es carísimo y con esos cortes hay que hacerlo tan a menudo que uno o come o corta el pelo, que uno viste bien y elegantemente o disfruta. No entiendo del todo occidente.
Gracias a Vero estoy acá, compartiendo con gente hermosa, por la radio comunitaria, por la biblioteca Cachilo, por la escuelita Bajo Hondo, por las calles unos días.
Venimos de Buenos Aires, donde un par de chicas amorísimas nos dieron hospedaje luego de ser amigas de Facebook, luego de conocer en persona a una maravillosa titiritera, luego de visitar a mi amiga Clau, sentir nuevos y renovados cariños, de dolerme un poco de los silencios y lamentar amorosamente las ausencias.
Andamos, caminamos con Jorge y Alethia, en un clan lindo de compartires, de hurgar en librerías y cantar en las calles. De sorprendernos y descubrir. Hacía dos años de no viajar así, fue duro cargar maletas en hora pico dentro del General Sarmiento, pero era necesario para llegar a Morón y que los taxistas se negaran a llevarnos, les gusta tanto lo que hacen que a ese paso lo seguirán no haciendo el resto de sus días. Cargar, moverse, fluir.
Era sencillo cargarlo todo al banco, a la tarjeta de crédito y hacer, hacer de turista es fácil, cualquiera lo hace; pero esto, venir cargando, esperar y buscar, llamar y mirar a los ojos, dejarse encontrar en los encuentros es como la vida, soltarse de pronto sin red, sin auspicios, sin barreras, sin nombres.
Y aquí vamos, andando amablemente y encontrando movidas hermosas y durísimas, como la historia de Pocho Lepratti, asesinado cuando asistía un comedor infantil ¡Hijos de puta, no tiren que hay pibes comiendo!”, fueron las palabras que la gente recuerda, junto con una bicicleta que ahí estará, que la gente usa como símbolo de Pocho en Rosario.
O el cómo la gatita Dominga sobrevivió en un tubo durante 15 días, y cayó 7 pisos al ser rescatada y al final ahí está en la casa de las chicas, con su dueña que es adicta a las telenovelas.


Las historias que no podría conocer en hostal, ni en un hotel, historias imposibles de pagar con tarjeta de crédito ni cheques de viajero. Ver a los ojos a las mujeres hermosas Rosarinas y besar a sus hombres en la mejilla al saludarlos, esto es vivir y andar.
Viene tanto fluir, nuevas historias y maneras, viene seguir vivo y viviendo y viene dejar claro que es tiempo de volver a escribir, de hacer blog, de hacer libros que ninguna editorial quiera editar como negocio, de escribir lo que no alcanzo a decir cuando cuento, de dejar de omitir y dejar de tener miedo.
Tiempo nuevo de renuncias y nuevos contratos, tiempo de dejar que el cuervo fecunde a su cuerva y uno volar. Momento de no conformarse con la supuesta estabilidad de un espacio, dejar de creer en el poder, en el arte, en las ideas y las máscaras, en las fórmulas e ideologías, para dejarse ser por lo que se siente, se percibe y se puede compartir.
A leer un poco, que Sangre de Tinta está hermosa, que los dos libros de César Aira que me compré seguro me regalarán cosas nuevas, venga a reconciliarme con las palabras, las verdaderas y estos palotes casi sin sentido que fluyen a veces tan a gustito, como ahora mismo.



8/15/2011

Dedicatorias extraviadas...

Hace 27 minutos

Martín Corona Alarcón

    • órales
    • te latió?
  • Elisa Arroyo

Hace 26 minutos

Elisa Arroyo

    • mucho...
  • Martín Corona Alarcón

Hace 26 minutos

Martín Corona Alarcón

    • qué re chidísimo
    • cuantos años tienes?
  • Elisa Arroyo

Hace 26 minutos

Elisa Arroyo

    • acabo de cumplir los 18
    • ¿por?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 25 minutos

Martín Corona Alarcón

    • porque ese libro lo escribí hace mucho y eres la segunda peronsa de tu edad a quien le gusta
    • eso me encanta
    • :Deres de Xalapa?
  • Elisa Arroyo

Hace 24 minutos

Elisa Arroyo

    • no...
    • ¿tú lo escribiste?
    • es decir... ¿realmente eres Corona?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 23 minutos

Martín Corona Alarcón

    • wórales, entonces cómo llego a tus manos el libro?
    • sí soy martín corona el que escribió el libro luna sin sangre
  • Elisa Arroyo

Hace 23 minutos

Elisa Arroyo

    • :Oh!
    • me encantooooooooooo!
    • ¿qué edad tienes?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 22 minutos

Martín Corona Alarcón

    • tengo 34 años
  • Elisa Arroyo

Hace 22 minutos

Elisa Arroyo

    • y... lo compré en ¡Bellas Artes!
  • Martín Corona Alarcón

Hace 21 minutos

Martín Corona Alarcón

    • en DF?
    • qué loco!
    • nunca imaginé que llegará mi libro allá
  • Elisa Arroyo

Hace 21 minutos

Elisa Arroyo

    • exacto...
    • ja, ja!
    • ¿en qué te inspiraste?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 19 minutos

Martín Corona Alarcón

    • pues depende el cuento que hayas leído
    • cada cuento tiene una intensión diferente
  • Elisa Arroyo

Hace 17 minutos

Elisa Arroyo

    • "Cuaderno de notas"
  • Martín Corona Alarcón

Hace 14 minutos

Martín Corona Alarcón

    • :D
    • uy lo empecé a escribir cuando me casé
    • a lños 21 años
    • imaginate
    • fue como crónica de un divorcio anunciado
  • Elisa Arroyo

Hace 14 minutos

Elisa Arroyo

    • entonces...
    • ¿es tu historia?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 13 minutos

Martín Corona Alarcón

    • no
    • lo escribí porque al casarme me sentí como el personaje
    • todo mis amigos me dieronla espalda
  • Elisa Arroyo

Hace 12 minutos

Elisa Arroyo

    • :Oh!
  • Martín Corona Alarcón

Hace 12 minutos

Martín Corona Alarcón

    • fue como que me divorciara de mis amigos
    • y bueno, al final tambièn me divorcié pero sin hijos y sin tanto drama
  • Elisa Arroyo

Hace 11 minutos

Elisa Arroyo

    • los amigos jamás dan la espalda, sólo eran conocidos...
  • Martín Corona Alarcón

Hace 11 minutos

Martín Corona Alarcón

    • exacto!
  • Elisa Arroyo

Hace 11 minutos

Elisa Arroyo

    • awww... amé tu libro...
    • :*
  • Martín Corona Alarcón

Hace 10 minutos

Martín Corona Alarcón

    • muchas gracas
    • me hace sentir muy bien que me lod igas
    • me dan muchas ganas de seguir escribiendo y luchando porque haya más libros
    • te comparto uno más por la red, quieres?
  • Elisa Arroyo

Hace 10 minutos

Elisa Arroyo

    • me sentí taaaaaaan identificada con "Cuaderno de notas"
    • sí...
    • todoooooooooooooooooos los que quieras!
    • oye...
  • Martín Corona Alarcón

Hace 9 minutos

Martín Corona Alarcón

Hace 9 minutos

Elisa Arroyo

    • conoces a ¿Gerardo Méndez?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 9 minutos

Martín Corona Alarcón

    • sí claro
  • Elisa Arroyo

Hace 8 minutos

Elisa Arroyo

    • ¿tú le regalaste un libro?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 8 minutos

Martín Corona Alarcón

    • sí así es
    • supongo que es el que compraste?
  • Elisa Arroyo

Hace 8 minutos

Elisa Arroyo

    • creo..
    • .
  • Martín Corona Alarcón

Hace 7 minutos

Martín Corona Alarcón

    • tiene hasta dedicatoria
    • jajajaja debe ser del 2007 o 2008
  • Elisa Arroyo

Hace 7 minutos

Elisa Arroyo

    • te cito lo que está escrito...¿?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 7 minutos

Martín Corona Alarcón

    • què maravilla
    • sí plis
  • Elisa Arroyo

Hace 6 minutos

Elisa Arroyo

    • "Para Gerardo Méndez, nuestro cueta cuentos y admirado humano.
    • Con abrazo fraterno porque de este encuentro venega un largo cuento de aventuras.
  • Martín Corona Alarcón

Hace 5 minutos

Martín Corona Alarcón

    • sabes qué es maravilloso en realdiad?
  • Elisa Arroyo

Hace 5 minutos

Elisa Arroyo

    • Con admiración y cariño de su amigo Martín Corona A.
  • Martín Corona Alarcón

Hace 5 minutos

Martín Corona Alarcón

    • que yo le regalé ese libro a gerardo
    • y ahora lo tienes tú
    • que lo valoras y te gusta
    • eso es como un milagro amable :D
  • Elisa Arroyo

Hace 5 minutos

Elisa Arroyo

    • Tonanzintla Pue. 18/02/07
    • y luego está tu correo...
  • Martín Corona Alarcón

Hace 4 minutos

Martín Corona Alarcón

    • jajajaja la vida es lijnda, te digo
  • Elisa Arroyo

Hace 4 minutos

Elisa Arroyo

    • sí...
    • oye...
    • en la fecha es 17 o 18¿?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 3 minutos

Martín Corona Alarcón

    • ni idea
  • Elisa Arroyo

Hace 3 minutos

Elisa Arroyo

    • lo que pasa es que está el 8 encima del 7...
    • o al revés...
    • ¿?
    • je je!
  • Martín Corona Alarcón

Hace 2 minutos

Martín Corona Alarcón

    • no receurdo
  • Elisa Arroyo

Hace 2 minutos

Elisa Arroyo

    • ¿recuerdas?
  • Martín Corona Alarcón

Hace 2 minutos

Martín Corona Alarcón

    • siempre me equivoco y tachoneo
  • Elisa Arroyo

Hace 2 minutos

Elisa Arroyo

    • je, je!
    • genial...
  • Martín Corona Alarcón

Hace un minuto aproximadamente

Martín Corona Alarcón

    • sí, está bueno, mira qué alegría que lo hallas hallado, te gustara y demás
    • entonces lo encontraste en un botadero, en en una venta
    • pues mil graicas
    • y espero en breve tener un par de libros más
  • Elisa Arroyo

hace pocos segundos

Elisa Arroyo

    • ñ_ñ
    • haz viajado al DF?
  • Martín Corona Alarcón

hace pocos segundos

Martín Corona Alarcón

    • sí bastantes veces

Elisa está escribiendo...