8/21/2005
Otredad
mientras dormía no era yo. como hace 7 meses. cuando entré al baño de casa y escuché en el ensueño el griterío de un par de niños y tuve la pesadez de llevarlos a la escuela. de pronto volver y notar que todo era lo mismo. aquí fue diferente. yo miraba lo que fue un espacio cercano de otra forma. no era ya el mismo ni tampoco era yo el mismo. pero la misma sensación de desasociego de gran necesidad de compenetración imposible. respiraba y cuando quise ver mis palmas (consejo de amigos buenos soñadores) noté que no tenía manos, sin manos no podría escribir. sin embargo, me consolaba saber que ya no me dedicaba más a escribir, sino a contar historias. fue entonces cuando solté un grito de coraje, cuando desprendí el odio al manco en que me hube convertido. volví entonces al lecho que me cobijaba, voltee a mirar el rostro apacible de mi acompañante. suspire pensando que fue una pesadilla, que yo no era el que soñaba y no tenía brazos y bajando la breve escalera miraba la puerta del baño y sentía de nuevo aquello. no, yo no era más aquello, sin embargo, cuando comencé nuevamente a conciliar el sueño, noté con horror que la noche anterior había puesto la cabeza en soledad.
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