Yo no quería salir de aquel café internet, no quería que me hablaras de tu necia necesidad de "una pareja, alquien con quien hacer la vida", no, no y no. Después de todo lo vivido no.
Entonces tomé la desición de lanzarme al vacío y detener el tiempo, lo primero que hice fue hallar el cuadrante perfecto. Resultó ser la puerta de la casa de Maggie, la inglesa que nunca se depilaba la axila izquierda. Dejé mi máquina del tiempo frente a mí, puse mi rostro de desconocido enfrente y esperé a que se detuviera el tiempo.
De esto hacen tantos días y noches, y sudores y besos y almas y sueños y un par de especiales y un par de ojos mirando con nostálgia ese posible imposible de forma impasible. Y todo ese tiempo detenido, en busca de un momento. Je¡
Chúpate la soledad, destílala por medio del teléfono, envía mensajes a celulares inexistentes, chatea sin conexión, sufre el trabajo que has elegido, permite que explote tu factibilidad, permíteme inventar el cuento de un dragón valiente que besó a una sirena y perdió su flama y la dejó como mojarra frita...
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