9/23/2006

Ay ojón


Aquí no hay miradas. Nadie sigue mis pasos. Nadie me acompaña, pero como Nadie no ha llegado me quedo jugando con una canica y el ojo de Orso. Riéndome con cara de bobo, riéndome de mímismidad ensimismada, jugueteadora de letritas e historias que va robando por aquí y por allá.

9/17/2006

topes

Lo que puede hacer un tope.
Manejé durante más de 50 kilómetros por una autopista que concluyó con la consabida caseta de cobro. Posteriormente, una larga curva y tomar la siguiente ruta...Supe casi desde el principio que está vez era por la libre, que prefería pasar un mal rato y aglomeraciones que tener que pagar un peaje tan alto. Por eso fue que aumenté la velocidad, iba a más de cien en una carretera de dos carriles cuando de pronto, entre el frío y la bruma, apareció una señal.
Al principio creí que se trataría del aviso a la siguiente desviación, pero no. Fue sólo un tope. Tuve que bajar la velocidad, retomar el camino (ahora a una velocidad más cautelosa).
Sonriente sigo mi ruta, entreveo el destino y no me sorprenderán de nuevo topes, ni baches, a menos que distraiga la mirada.
El soundtrack de este nuevo tramo de carretera es incierto aún; pero pude almacenar bastantes MP3, así que motivos no faltarán para disfrutar del paisaje en este solitario tramo de carretera.

naturaleza muerta con niño en camion

Por lo menos a mí, me tocó una de esas infancias donde te hacías parte sustancial del trabajo de tus padres. Fuera jugando entre los muebles apilados en el taller de papá o atendiendo la tienda de mamá. Ir a comprar el mandado era quedarse un poco en "las maquinitas", cajones adaptados para jugar Atari por un peso, era jugar canicas rápido, quedarse con algo del cambio, era integrarte a la comunidad que te rodeaba.
Me gustaba esa nostalgia de esperar la hora de la comida entre los muebles, escuchando FM La Romántica, odiando a José José por asociarlo con el hambre y el aburrimiento. Me gustaba sentirme útil, me gusta sentirme excluído en algunos momentos, me gustaba, como a Pulgarcito, que me comiera el ogro (mis padres) y no los lobos... en fin.
Celebro a ese niño, me gusta que se confunda con aquello que le da de comer, pues eso somos a fin de cuentas.

9/15/2006

sirena del patio


En el patio
de la casa de mi madre
hay una sirena.
Ella canta de mañana
y me recibe con besos en la madrugada.
(cuando vengo de otros mares,
cuando nadie daría ni una mirada,
cuando todo parece disponerse sólo al amanecer)
La sirena
del patio
de la casa de mi madre
tiene rostros como un diccionario.
Su lengua apestosa recorre mi barbilla,
sus manos largas y delicadas recorren octosílavos
cuando respondo La Lloroncita.

9/14/2006

musica sobre el puente en Jalcomulco


tocar música en un puente colgante
echar mano del agua del río
ver de frente, tranquilamente, cómo se desgaja un cerro, como somos a veces un cerro a la izquierda...
yo aquí, espectante!

9/12/2006

enfrentamientos

TODAS las escuelas que conozco (primarias, secundarias, preescolares, guarderías) tienen "reja", con una cadena y un gran candado.

Ayer, cuando salí de contar historias, en el camión conocí a Laura Alejandra del Carmen, una chica de 16 años que tiene un bebé de 8 meses. Iba a trabajar cuidando niños para mantener a su hijo.

Hace años soñé que moría en una calle de X. Ahora trabajaré justamente sobre esa calle, en ese mismo espacio donde 6 años antes mis sueños predijeron mi final.

9/11/2006

ay dolor

llueve mucho. muchísimo. me ha dicho la tortuga que dijo al venado que esta mañana está más triste el sol. el dolor. a veces nos duele todo el cuerpo: doctor me duele acá (señalando con el índice), acá (se repite), acá (idem), acá (ibidem)... señor, tiene el dedo roto. a veces sentimos el dolor, simplemente lo sentimos, no podemos ubicar dónde, ni su intensidad, ni su fuente, pero lloramos sin parar esperando alguien se apiade y nos dé la cura...
Quisiera seguir escribiendo, pero debo volver a mi cuarto, dejé solas unas palabras y me ha pedido la tortuga, amiga del árbolito, que cuide mis palabras.

9/08/2006

En ester bar, hace algunos años, el tipo que hallé por casualidad hoy por la tarde me dijo la verdad mas profunda que conozco sobre las relaciones humanas. Me escuchó con una risa enmarcando su mueca y, luego de tres copas, habló.

Me sentaba en aquel bar, pedía un trago y esperaba verla pasar. Y a veces ella pasaba. A veces, sólo me daba la oportunidad de escribir y escribir...
Un día, la invité a casa. Se sentó en la silla que le había preparado, leyó el texto que le había escrito y lloró y la amé y ella y yo y un nosotros inexistente más acá, solo en papel.

Alguien dice ven. Alguien va. Alguien decide ir a otro lado. Alguien espera. Alguien dice hablaremos hoy por la noche. Alguien se va. Alguien espera. Alguien me ha dicho que esperar no tiene sentido, sobre todo cuando esperas a Alguien. Me he hartado de esperas y esperanzas, prefiero permitirme ser ese Alguien, simplemente.

Te vi hace unos días, tus ojos de venado, tu cara de muñeca. Transitabas entre los libros, mirabas algunas cosas, te reíste de mi pelo desordenado. Te burlaste a tu manera de mi cansancio. Pero dejaste un hueco iluminado cuando hablé de mi oficio. Con esa tu voz clara me regalaste la posibilidad abierta de compartir historias de chamacos... ya vendrán, con suerte, algunos días de sapos, besos, pulgas, lunas, sueños...

Ni lo preguntes, ya lo sabes, me gusta mirarte a los ojos, amanecer en esa tu casa enorme, mirando el cerro nevado, sentir cómo la lluvia golpea el tragaluz y el panadero pasa de madrugada con un silvato discreto. Recordaba esa tu obsesión por los sitios altos, como si de rampa para el vuelo se tratara, sonrío ahora, sabiendo que no importarán los años que vendrán, como no han importado los que fueron.

9/06/2006

El chico Guayaba en Dulce de postre

Asqueroso y repleto de viscocidad. El chico Guayaba en Dulce de postre me sorprendió junto a la risa de un duende de niebla.
Primero lo descubrí robando las miradas sólo porque su ojo coqueto miraba inestable hacia adelante y hacia un lado. Luego, se llenó de la purulencia necesaria para asquearnos. Quise, intententé, puse un poco de mi parte, pero no.
El chico Guayaba en Dulce de postre tuvo que convertirse en el chico Guayaba en Dulce de postre degustado, digerido, procesado, desechado.
De tal modo, que la monstruosidad de El chico Guayaba en Dulce de postre terminó justo en la Ruta de la Caca.

9/04/2006

El fuego

Los días pasan con la coherencia del discurso de un nonato.

El fuego es como un mar rojo que se abraza a sí mismo,
degustando sus secretos.

Mis ojos crean una mirada, mi mirada crea un espacio, mi espacio es sólo un imaginario, te imagino, te Re Creo y juego con tres objetos en el aire.

9/01/2006

Toqué una puerta.
Yo no llevaba gabardina, ni sobretodo, ni fumaba, ni soñaba con tabaquerías.
Volví a tocar la puerta.
Y la puerta se abrió.
Estuve seguro durante largos segundos.
Esa puerta, se abría exclusivamente para mí.
Abierta, deshecho el nudo secreto.
impávido ante aquella visión
sonrío
sin
saber
qué
debería
hacer.