La cámara captó con cierta malicia el contraste, planos diversos. Por un lado la vaca con la mujer embarazada, a un lado una madre con su hija pequeña, el hombre fotografìándolas delante de la exposición sobre lo femenino "Divina y humana". Y la mujer como eje completo de la imagen, mientras nuestros lentes-espectadores nos convertimos en mera contemplación.
ELLA es el eje de toda narración.El conflicto, generalmente, es cuál ella. Cada vez que trato de asirla (a ella) se escurre... En realidad, todo el asunto consiste en dejar a un lado la idea, el imaginario ELLA.
Ha sido sencillo en realidad, entre el temor y el desconsuelo. Cada ocasión que tiene un rostro ese rostro devela más rostros y, al final, uno sólo: un reflejo> un imaginario.
Por medio de una carta poder, el sr. ha decido dotar de su identidad a ella. Las rúbricas están pautadas debajo de la línea. El documento tiene valor contractual. La noche va sigiloza poniendo dos o tres alternativas de sueño en cada mirada. Y, al final de cuentas, todo se reduce al asqueroso espejo.
Harto, cansado, sonriente.
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